miércoles, 26 de febrero de 2014

ME DUELE VENEZUELA


Me duele Venezuela...o ¿cómo es posible que no nos preocupe Venezuela?

Cuando hace un año comencé este blog a punto estuve de dedicar mi primer post a Venezuela que en aquel momento atravesaba por una situación delicada, como tantas otras veces. Tenía razones, algunas evidentes, como es fácil deducir al leer el título , CeibaySamán.

Está claro que me une una estrecha vinculación sentimental y cultural con ese país –mi edén perdido como suelo decir- en el que nací y del cual fui nacional durante muchos años. Si finalmente no lo hice fue porque justo en ese momento ocurrieron otros hechos, también importantes para mí, y porque como suele decirse tiempo habría.

La ocasión ha cristalizado en los sucesos ocurridos en estos últimos días de manifestaciones masivas, muertos, violencia, etc. Escribo ahora embargada por un profundo dolor del que no consigo librarme, incrementado cada día por las noticias de prensa –de todo tipo de línea editorial- cuyos contenidos son tan dispares y contienen, incluso, imágenes tramposas que causan asombro intelectual.

Se cuentan muchas mentiras, de ambos lados, culpando de todo al otro y, mientras, los ciudadanos de Venezuela están completamente indefensos. Son la pelota de tenis que es golpeada de forma inmisericorde hasta que uno de los dos jugadores gane el set.

Sin embargo, hay verdades en las que sería preciso detenerse. Aquí solo unas cuantas:

Es uno de los países más ricos del mundo. Y si no es el más bello estaría entre los primeros. Su belleza y sus recursos naturales son tan extraordinarios que es difícil imaginarlos si uno no la ha visitado o no ha tenido ocasión de informarse al respecto.

No es de ahora que Venezuela es uno de los países más violentos del mundo, la criminalidad es elevadísima, y viene siendo así desde fines de los 50 y principios de los 60. Casi cada semana un español es asesinado allí sin que los grandes medios de comunicación lo reflejen aquí, salvo algún medio regional en el lugar del que fuera oriundo (generalmente en La Voz de Galicia)

La Universidad Central de Venezuela –que es patrimonio de la humanidad por la Unesco- es desde su creación un excelente centro de enseñanza superior donde se han formado y han accedido a la actividad política generaciones enteras de venezolanos.

Allí viven un elevadísimo número de ciudadanos españoles de origen y sus descendientes también españoles. Estos últimos, jóvenes en su mayoría, tienen la mala costumbre de manifestarse en la calle y a veces sufrir tortura o muerte, cuestión que tampoco reflejan estos grandes medios, si acaso una pequeña mención en los regionales, dependiendo del origen territorial de su familia.

Ha sido, durante la dictadura franquista, un país de asilo para muchos españoles que contribuyeron de forma decidida a la formación de varias generaciones de venezolanos; insignes poetas españoles emigraron allá y obras famosas fueron gestadas bajo el sol del trópico (Celso Emilio Ferreiro y su Viaxe ao país dos ananos).

Las instituciones de esta emigración española fueron durante décadas una formidable plataforma de difusión de nuestra cultura, solidaridad y de la marca España como ahora decimos (Centro gallego de Caracas)

Hoy residen en Venezuela más de 180.000 españoles ocupando este país el tercer lugar entre los países del mundo con más españoles, tan solo detrás de Argentina y Francia.

Y, a pesar de todo esto, resulta un país casi completamente desconocido aquí, en España, donde estamos al tanto de las cuestiones políticas de Argentina, Chile, Méjico, Cuba, Brasil, Perú, Colombia, etc, desde hace décadas mientras ignoramos casi todo sobre Venezuela. Y nadie parece preguntarse por la razón de este hecho que para mí es debido a que, mientras los países citados pasaban por vaivenes políticos derivados de las dictaduras que sufrían, Venezuela disfrutaba ya de una tranquilidad institucional que permitió su desarrollo económico y democrático. Depuesto el dictador Pérez Jiménez en 1958 el país entró en una fase de desarrollo que le valió el sobrenombre de la Suiza de América Latina. Esto le apartó del foco internacional y dejó de ser generador de preocupación para España; su interés radicaba en que en él no pasaba nada. Nada grave, al menos.

Desde entonces hasta acá, no todo ha sido bueno. Ni perfecto. La actividad política, como cualquier otra actividad humana, es susceptible de mejora. No trato de defender aquí las bondades de uno u otro régimen puesto que cuestiones negativas tan importantes como la corrupción y la violencia –al menos esas dos- se han dado tanto con los gobiernos anteriores a Chávez como con los llamados revolucionarios bolivarianos. También hubo aciertos y logros con gobiernos de ambos bloques y que no pueden negarse.

Pero hoy asistimos a una polarización de la prensa y de los partidos políticos –los de aquí- en el asunto Venezuela que da que pensar. La derecha está sistemáticamente en contra de todo lo que provenga de la Venezuela bolivariana como si viniese del mismísimo demonio. Por su parte la izquierda -¿exquisita?- insiste en denominar fascistas a los partidos agrupados en la coalición opositora como si todos ellos fuesen iguales (entre ellos está el partido socialdemócrata, el partido socialista, etc). Uno de sus líderes, Capriles, fue envuelto en basura por parte de todos; mientras los bolivarianos se mofaban de su supuesta condición de homosexual y judío, las izquierdas europeas y latinoamericanas le integraban en ideologías ultras que nunca demostró compartir, al menos hasta ahora.

Cualquiera que se atreva a mencionar siquiera alguna cuestión negativa sobre el chavismo es víctima de invectivas desagradables –imperialista, yanqui…-- por lo que no resulta fácil preguntar, en voz alta, si es lícito que lo que no queremos para nosotros –España, Europa- lo aceptemos allí; y si, en caso de hacerlo ¿no sería esto paternalismo colonial?.

Algunos ejemplos: si no se puede disparar contra manifestaciones, no se puede aquí allí o en cualquier lugar; si los DDHHSexuales son DDHH lo son aquí, allí o en cualquier lugar; si la discriminación por razones étnico-religiosas es ilegal o perseguible debe serlo en todas partes. Lo mismo cabe decir con otros DDHH básicos como son el de expresión, manifestación, la prohibición de tortura, derecho a la vida, derecho a una vida digna, etc. ¿Aceptaríamos aquí que para acallar a la prensa crítica se suprimiese el papel prensa?, ¿que para evitar que ciudadanos de barrios no afines al gobierno acudan a las grandes manifestaciones se dejen sus barrios sin gasolina evitando así su desplazamiento?.

Volviendo al principio y hablando de la actuación de la prensa aquí vemos que, tan solo en la última semana, hemos tenido ejemplos horribles. En algunos medios se publican imágenes de represión que no pertenecen a Venezuela ni a estos sucesos (como denuncia El Diario 17-2); en otros se silencia denuncia de una madre en Valencia cuyo hijo –ciudadano español- fue violado y torturado por la policía (transmitida vía TW); la palabra de los españoles afectados se esconde en la sección Cartas al Director (El País, 23-2); la queja de una madre que sobre la muerte de su hijo (Jimmy Vargas) en una manifestación en Táchira  solo la publica un medio extranjero (CNN 24-2). Los datos serían innumerables, no es preciso seguir.

En todo este tiempo solo he visto en la prensa de gran difusión –aparte de artículos de analistas políticos- dos artículos escritos por personas no entendidas en política internacional; uno Venezuela huérfana (El País 21-2) y la columna Sin paraísos (El País 25-2) en los que claman por la defensa de la ciudadanía y de los derechos de todo tipo de la juventud venezolana; derechos que los jóvenes reclaman en cualquier parte y tiempo, aquí y en todo el mundo, como recientemente ha ocurrido con primaveras, acampadas, ocuppies, etc.

¿Deberían los venezolanos y sus jóvenes ser menos?

¿en nombre de qué?

¿a favor de quién?

Y, lo más importante, ¿ayudaría eso a construir un mejor futuro para el país?

Os dejo un poema del poeta gallego Celso Emilio Ferreiro -EL ATRACO- que escribió en Venezuela, país a donde emigró y donde permaneció desde 1966 hasta 1973; un país al que estuvo muy vinculado y del cual obtuvo la ciudadanía. Habla de armas y violencia, ¿podría entenderse que es aplicable aún en la actualidad?.
Tomado de la Fundación Celso Emilio Ferreiro http://celsoemilioferreiro.org

EL ATRACO

No es cierto que el hombre
desciende del gorila.
Pero hay muchos gorilas
que descienden del hombre.

Manos arriba y boca abajo el pueblo.
Venimos a instalar el silencio,
cero preguntas. cero movimientos,
porque esto es un atraco. estáis viendo
las pistolas de gatillos propensos
a darle gusto al dedo.
Al menor gesto
todos interfectos
sin distinción de sexos.

Porque este es el remedio
infalible y concreto
para imponer la ley del retroceso.
el principio del palo y tente tieso,
el salario del miedo.
el debido respeto
a las armas y a sus eventos.
Manos arriba y boca abajo el pueblo,
no perdamos más tiempo.
Controlaremos
las mariposas y el viento.
las cópulas, los rezos.
la luz y el alimento.
Degollaremos
el pensamiento.
Injertaremos
la rosa reticente de los sueños,
con apodos abyectos 
y serán nuestros,
vuestros esqueletos.
Tan sólo os dejaremos
los ojos, para que lloréis por ellos.






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