domingo, 13 de julio de 2014

SABOR AGRIDULCE


   Recién conocidos los resultados de la elección del nuevo Secretario General del PSOE tengo sentimientos encontrados. Por un lado una inmensa alegría por haber conseguido que todos los militantes hayan podido dar su opinión de forma directa a la hora de elegir a su máximo representante; opinión que tiene forma de voto directo, personal y secreto.

   Cuando en noviembre de 2011 un grupito de militantes iniciamos un camino de lucha para lograr la modernización del partido y escogimos como lema Un militante, un voto tuvimos claro que no habría marcha atrás y que, más pronto que tarde, se impondría entre la militancia y entre la sociedad porque permite cumplir mejor con lo que se espera de una organización política democrática. Ahora tan solo queda incorporar este procedimiento a los estatutos del partido -recuerdese que esta vez tiene forma de consulta a la militancia y es preciso que el próximo Congreso refrende el resultado-, establecerlo para todas las elecciones a cargos orgánicos y también a la toma de decisiones relevantes para la organización.

   Por otro lado, no estoy tan contenta y tengo varias razones. En primer lugar no ganó el candidato por el que yo aposté (Tapias). En segundo lugar siendo como son los tres, candidatos a dirigir una organización se extendieron muy poco (con la excepción de Tapias que lo hizo un poco más) sobre su proyecto para dirigir la organización, considerada como instrumento, dedicando todo su tiempo a exponer sus ideas políticas como si estuviesemos ya en campaña para elecciones generales. No está mal exponer las que, a partir de hoy, serán las líneas maestras del PSOE pero no está bien pasar por este trance sin detenerse apenas en el instrumento que va a permitir estar de nuevo en el candelero político. Daba la sensación de improvisación o peor, de opacidad y falta de transparencia. Incluso de estar probando quien de los tres podría, a priori, gustar más al público y a los medios lo que daba al proceso matices de superficialidad. 

   No me gustaron tampoco algunas mañas que se evidenciaron a medida que avanzaba la campaña: acusaciones veladas, descalificaciones al adversario, sugerencias de voto de los aparatos territoriales/provinciales, trato desigual a los candidatos, verdades a medias tanto en acusaciones como en defensas. En fin, nada que no conozcamos pero todo ello objetivo a cambiar si queremos ser lo que la ciudadanía demanda.

   En general,y poniendo el foco fuera de los candidatos y sus propuestas ,quiero destacar algunas cosas buenas que ha tenido la organización de esta campaña como es el hecho de que se haya permitido votar fuera de la agrupación de pertenencia. Es la primera vez que se hace y, hasta donde yo sé, el proceso se ha llevado a cabo con total normalidad. Esto es una innovación muy agradecida por la militancia y una prueba de normalidad democrática que espero continúe en otras ocasiones futuras.

   Sea como sea que se desarrolle el congreso, sea lo que sea que el futuro nos depare hoy se ha hecho historia y la ha hecho el PSOE. Y, dada la desmoralización de los últimos tiempos, es importante remarcar que esto ha ocurrido, transcurrido bien y es aún más importante que no caiga en desuso, que se implante en todas las organizaciones políticas y en la elección de cargos a todos los niveles.

   Solo me resta felicitar al ganador, Pedro Sánchez y desearle no que acierte sino que mantenga los ojos abiertos para tener siempre presente aquello que nos demanda la ciudadanía. Solo así conseguiremos remontar.

   Ánimo a todas y todos! Nunca nadie dijo que lo bueno fuera fácil.  




viernes, 4 de julio de 2014

Y...DE REPENTE.....¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?

   Acaba una semana llena de dimisiones: Meyer, Álvarez, Rubalcaba, todas ellas siguiendo a la más sonada, la del Rey Juan Carlos. Es como si toda la realidad que nos envuelve desde hace más de 30 años se esfumase en un momento dejándonos la sensación de que todo se desmorona como un castillo de naipes que, al quitar uno de ellos, produce la caída del resto.

   Hasta tal punto teníamos la sensación de estar dentro de un velo, podríamos llamarle el velo de la transición, que ahora todo nos parece nítido, con relieves, aristas. Y es que estas personas que menciono llevaban todas ellas mucho, muchísimo tiempo, en política. Casi desde el mismo comienzo de la transición. Se van por distintas causas, pero se van. Dejan hueco para otros, lo que -por razones de salud democrática- debieron de hacer mucho antes. Lo saludable en democracia es servir, al otro, al ciudadano, al país. Y solo durante un tiempo -no muy largo- para no acostumbrarse y perder la perspectiva pero también para que otros ciudadanos tengan también su oportunidad de entregar parte de su vida a la sociedad.

   Con el ejercicio largo de las responsabilidades políticas se descapitaliza la política y, por tanto, nuestra democracia. Se hace tapón y generaciones enteras que quizás pensaron servir durante un tiempo en lo público no pueden hacerlo; quedan así dispuestos tan solo los peores, aquellos que no encuentran otro acomodo y tienen tiempo de esperar momentos mejores; son parte de lo que alguien denominó la clase extractiva.

A mi juicio ha sido la irrupción de Podemos y la dimisión del Rey los dos factores que han desencadenado esta concatenación de hechos. Podemos se constituyó en movimiento y se presentó alas elecciones por la negativa de IU de afrontar estas con unas premisas más actuales, nuevas, democráticas como por ejemplo celebrando unas primarias. Algo que tan solo 3 meses después todo el mundo considera imprescindibles en la propia IU.

   El Rey dimitió por una serie de razones entre las que se encuentra la imputación de su hija Cristina. Esta imputación se esperaba y quizás la más que posible llegada al parlamento de un partido como Podemos, decididamente republicano, el cambio en la opinión pública que no confía en la monarquía, aceleraron el proceso.

   Una vez Juan Carlos fuera no quedaba más que agiornar los dos grandes partidos que han sostenido nuestro sistema político a lo largo de estas décadas y que han perdido muchísimos votos y credibilidad,. En el PSOE Rubalcaba se va de SG, convoca Congreso Extraordinario y ahora abandona el parlamento. El partido en el Gobierno se supone que espera hacer pequeñas reformas que pueda disimular como derivadas de los puestos que obtenga en Europa.

   Ello no impide que uno se pregunte...¿qué está pasando aquí? Pasa tan solo eso o se trata de algo más? Pienso que aunque pasara solo eso que he explicado linealmente, ya estaría pasando algo más. Basta responder a la pregunta ¿porqué pasa ahora y no ha pasado antes? Pasa ahora y no antes porque la población, al hilo de los tiempos, ha despertado. Ya no basta con hacer promesas, con pintar un futuro muy bonito, ahora la gente exige saber cómo lo harán más que cuando lo harán. Tanto paro y estrecheces han hecho que nadie confíe en las buenas intenciones; con esta actitud muchas de las formas de relación con la ciudadanía han quedado sin valor y, con la misma rotundidad, se demanda personas en las que poder confiar y que sean capaces. Se necesitan cambios, caras nuevas, nuevas formas de ejercicio del poder, nuevas formas de vincularse con sus representantes. Eso es lo que lleva inexorablemente a que los actuales abandonen.

   Las personas citadas más arriba han sido capaces en su momento, se ha confiado en ellas pero los últimos tiempos han perdido ese fervor del pueblo, por diferentes causas, y no han tenido éxito en conducir este país por el camino del progreso. Han tenido, además, errores manifiestos algunos de ellos. Así que, perdida la confianza, a un servidor público no le queda más que irse a su actividad de origen o jubilarse.

   Ahora estamos en pleno proceso de sustitución y recambio. Ya hay un nuevo Rey y en el PSOE habrá nuevo Secretario General en unos días. Hasta ahora se está desarrollando el proceso de una forma abierta, democrática, totalmente nueva en nuestro país, venciendo inercias muy incrustadas. Al menos en lo referente a la organización de la campaña, debates, avales, posibilidad de votar en lugares distintos a la agrupación de pertenencia (lo realizado hasta el día de hoy). Por no mencionar que es la primera vez que se elige al SG por toda la militancia, si bien es de forma indirecta.

   Pero todos estos avances podrían quedar muy pronto olvidados si aquellos que arriban nuevos para sustituir a la generación que se aparta no tienen en cuenta cómo fueron las circunstancias de la llegada al poder de los que les han precedido, no tanto para no repetirlas sino para saber desde donde les mira la ciudadanía. Porque les va a medir según aquello que tuvieron, tanto si fue bueno como malo. Hacer tabla rasa y pretender que el pasado no existió no sirve da nada.

   No han de olvidar también que la política exige la participación -de todos-, que ésta es un derecho fundamental establecido en nuestra Constitución y que para que todos puedan participar al máximo nivel posible es necesario, entre otras cosas, que nadie se extienda en el ejercicio del poder. Esto implica legislar la limitación de mandatos, formas de elección de candidatos abiertas a todos los ciudadanos, voto directo de la militancia en la elección de los responsables del partido y en las grandes cuestiones que afecten a éste.


   Todo un camino, interesante,intenso, exigente, que se abre ante nosotros.