lunes, 25 de mayo de 2015

QUEDA MUCHO


   Tras el trepidante día de ayer, 24 de mayo de 2015, toca revisar resultados, evaluar el éxito de las decisiones adoptadas, asumir responsabilidades de forma transparente y mirar hacia el futuro.

   Todas estas tareas son muy importantes pero suele ocurrir que se hace una de ellas –la primera- y si la cosa, numéricamente hablando, ha quedado aseada ya no se continúa. Aunque esto último, continuar con las otras tres tareas, es lo que llevará al futuro de la organización y al éxito que allí pueda esperarla.

   Cada partido tiene unos hábitos –una cultura se dice- y hacen una dos o tres de las tareas. Creo que ninguno hace las cuatro…

   Observando al PSOE en el día de hoy resulta que en la primera tarea analizan los resultados, cuentan con gran aparato donde han ganado, quedado como segunda fuerza e, incluso, se atreven a presentarse como ganadores y llave imprescindible para gobiernos de la izquierda. Arrojan el amplísimo número de votos obtenido sin compararlo con el obtenido cuatro años atrás aun sabiendo que las circunstancias especiales podrían hacerlo equivalente. Es decir: no cuentan toda la verdad, no están siendo transparentes.

   Sin entrar a discutir esto, que me temo es verdad o no según con el cristal con el que se mire, suponiendo que es verdad…resulta aun así impactante. ¿Por qué digo esto? Pues porque demostraría que no se ha entendido nada. Que se sigue sin entender. Lo importante hoy no es si se han tenido 600 mil votos más o menos lo importante es si se puede gobernar bajo principios de izquierda. Es decir, es importante la ideología no la numerología.

   Esta actitud podría ser válida hasta el día de ayer. En los tiempos de la vieja política. Pero los tiempos están cambiando –han cambiado desde hace un año de forma irremisible- y no es aceptable hacer un análisis meramente aritmético. Aunque este te señale como vencedor. Porque lo que se necesita es distinto: es diálogo, cooperación, gestión compartida, soluciones eficaces y próximas, asumiendo de forma rotunda las aspiraciones de los ciudadanos, es decir se necesita a los otros, a los semejantes, a las izquierdas. Y se necesitan para construir la sociedad a la que toda la izquierda aspira: justa, igual, no discriminatoria orientada hacia el bien común y no al interés del capital.
   Y este objetivo, una sociedad justa e igual, exige el acuerdo de todos. Para ello se necesita acordar y dialogar. Acciones que no son iguales. Primero se dialoga luego se acuerda sobre la base de lo dialogado. Pero ¿qué es dialogar?¿ escuchar lo que tienen que decir los otros? No solamente. Dialogar es estar dispuesto a aceptar que los otros modifiquen con sus argumentos parte de tu forma de pensar o de actuar. Justo lo que no se suele hacer en política donde demasiadas veces se juega a ganar quedando por encima. Me temo que la situación manifestada por el resultado en las urnas no permite acuerdos de quedar por encima sino de dialogar –impregnarse del pensamiento del otro- y sobre esa base acordar y construir el futuro común.

   La segunda tarea implica evaluar el éxito de decisiones tales como la composición de las listas electorales, la forma en que se elaboraron, las cualidades y méritos que poseen los candidatos. Lo que no es más que poner el foco en si se ha actuado en clave electoral o en clave de ganar un futuro congreso regional, nacional o unas primarias. Un ejemplo muy significativo de lo que digo es la confección de la lista al ayuntamiento de Parla en la que no hubo plaza para la exalcaldesa Beatriz Arceredillo que ahora ha quedado como segunda fuerza en esa ciudad encabezando una lista de entidades ciudadanas  que podría, incluso, llegar a gobernar. ¿Se necesita más prueba de que la ciudadanía la quería a ella antes y la sigue prefiriendo ahora? Se pueden poner otros casos también notorios pero creo que no es preciso que me extienda más…..

   Obtener un rotundo fracaso, como ocurre con la Comisión Gestora en el caso de la lista al ayuntamiento de Parla, ha de llevar, tras la constatación del mismo, a la asunción de responsabilidades por parte de la citada gestora tal como se menciona en la siguiente tarea. Y no solo por el fracaso sino por lo que este fracaso implica para el futuro de la organización socialista al poner en manos de otro partido uno de los mejores cuadros de los que en este momento se disponía.

   La tercera tarea, asumir responsabilidades con transparencia, es algo que está por hacer, a mi juicio, en todos los partidos. Si alguna vez se asume alguna responsabilidad no se dice cuál es la causa, se escudan en cuestiones personales y familiares como si asumir responsabilidades no fuese un asunto que afecta a la persona que las asume y a su familia. Al contrario de lo que suele creerse la transparencia -palabra tan gastada en tan poco tiempo- exige conocer la razón de las cosas de forma que el ciudadano sepa de un asunto aquello que es relevante para él y no el sueldo de tal o cual persona, que es mucho menos relevante de lo que la morbosidad nos indica. Y pocas cosas pueden ser tan relevantes como el hecho de que alguien en la vida política asume una responsabilidad por un motivo concreto que se explica en el momento de la asunción.

   Asumir responsabilidades no es solo cosa del momento en que se abandona algo –una dimisión, por ejemplo- sino algo que ha de hacerse de continuo. Por ejemplo ahora, en el día de hoy en el que los pactos llaman a la puerta de las fuerzas de izquierda, se tomarán decisiones transcendentes para la vida de la gente y de las organizaciones pero que, a la vez, serán estratégicas porque determinarán el futuro de estas mucho más de lo que a sus líderes les gustaría.

   Así resulta que pactar entre las distintas fuerzas de izquierda o  empeñarse cada una de las mismas en sostenella y no enmendalla tendrá consecuencias para nosotros pero también para las organizaciones. Y siendo una decisión estratégica las tendrá también en el futuro. Es preciso, por tanto, sopesar de forma prudente y delicada la situación y planificar a corto y largo plazo. Y después asumir la decisión, con explicaciones públicas, enumerando ventajas e inconvenientes y los pormenores de la adopción de la misma. O sea: de forma transparente.

   Cualquier otra cosa distinta de esto no será comprendida ni por la ciudadanía ni por la militancia y llevará a la pérdida de votos de aquella organización que haya procedido de forma distinta. Otro ejemplo: alguien puede imaginar que si se impide –por quien sea en la izquierda- el gobierno de ciudades emblemáticas como Barcelona o Madrid, Comunidades Autónomas como Castilla la Mancha o Madrid, dicho comportamiento va a quedar sin castigo en la próxima cita electoral? No creo que alguien se lo imagine…..

      La cuarta tarea, mirar hacia el futuro, se me antoja difícil si antes no se han cumplimentado las anteriores pues ¿hacia qué futuro se puede mirar si se siguen manteniendo las mañas de la vieja política ahora que la situación y el entorno demandan lo contrario? Solo hacia un futuro inalcanzable e irrealizable. Un futuro en que con modos de hace 30 años se alcancen logros propios de los próximos 30. Como se sabe este efecto atrás-adelante adelante-atrás no ocurre más que al bailar la yenka…

   Titulaba este post Queda mucho  porque las tareas mencionadas se llevan a cabo de modo incompleto. Pero no solo por eso. Lo hacía porque no me parece que, de nuevo mirando al PSOE, el resultado sea una victoria aun cuando pueda permitir gobernar en muchos lugares. Si unimos al hecho de que la cultura de la organización no es realizar todas las tareas citadas,  la presión de la ciudadanía por cambiar el panorama político y las disfunciones existentes en algunas listas electorales es evidente que falta mucho para una situación triunfante.

   Lanzo un llamamiento a ir ¡A por lo que falta!

  y que yo, personalmente, traduzco en este pequeño decálogo:

   1-    Listas abiertas
2 2-     Limitación de mandatos
3 3-    Elección de integrantes de listas electorales de forma abierta y participativa
4 4-    Transparencia también es el Reconocimiento de hechos ante la ciudadanía y la Asunción de responsabilidades.
5 5-    Gestionar los partidos con criterios científicos y de management
6 6-    Modificación del sistema de voto de los españoles residentes en el exterior
7 7-    Modificación de la Ley electoral
8 8-    Primarias abiertas para candidaturas a todas las CCAA y Ayuntamientos
9 9-    Un solo cargo –sea del nivel que sea- por militante
110-                      Incompatibilidad del ejercicio representativo en Parlamentos y Ayuntamientos con el ejercicio de cualquier otra actividad remunerada.

lunes, 4 de mayo de 2015

¿MESA REDONDA?

 

   Una mesa es un mueble donde apoyar o hacer cosas y entorno al cual nos colocamos, solos o acompañados. Es decir, es un espacio abierto a la acción y al compartir.  Una mesa es también una forma de organizar el diseño, participación, realización y difusión de una acción o medida. Son muchos los ejemplos: la mesa por la educación, la mesa por la sanidad.  Las hay de muchos tipos: redondas, ovaladas, alargadas ; estas últimas más protocolarias y aquella más participativa.

  Pero la mesa no tiene solo interpretaciones tan lógicas y limpias sino que tiene algunas muy chusqueras. Véase como ejemplo la Mesa Camilla con-en-alrededor de la cual algún partido político elegía a quienes iban a formar parte de sus listas.

   Precisamente, acaba de realizarse el proceso de formación de las listas electorales para las elecciones municipales y autonómicas. Durante el mismo ha habido de todo. Quien lo ha realizado mediante de forma tradicional mediante una mesa –ahora llamada Comisión de listas o Comisión de idoneidad- y quien lo ha realizado mediante primarias abiertas a las que podía presentarse todas las personas que lo desearan.

   En el caso de las Mesas-Comisiones las personas seleccionadas se les supone la conformidad y voluntad de representar a los ciudadanos mediante un partido político de una determinada ideología pues no es conocida, de forma directa, su voluntad de presentarse ni su compromiso con las siglas ni su adherencia a las propuestas del partido por el que se presente.

   En el caso de la forma de elegir miembros mediante primarias, por el contrario, se hace manifestación expresa de la voluntad de participar en el proceso y de llevar a cabo las labores correspondientes, en caso de ser elegido, con compromiso e implicación.

   Además, esta última forma, tiene dos ventajas democráticas que no son precisamente insignificantes. Una es que permite la participación de la ciudadanía mediante el voto y la intervención en distintas fases del proceso. Otra que fomenta la vinculación del candidato al grupo de electores y de estos con el primero, es decir, permite que se conozcan entre ellos, proporcionando finalmente adherencia a las propuestas y a las siglas.

   ¿Cómo es ese conocerse entre candidatos y votantes? Todos los candidatos tienen la oportunidad de explicar quiénes son –currículum, capacidades, aspiraciones, compromisos- motivos por los que presentan su candidatura y, especialmente, para qué se presentan. Es decir: qué creen que pueden hacer y aportar por mejorar la sociedad a la que servirán a través de unas siglas.

   Ahora volvamos al método de elección  de la Mesa-Comisión ¿algún candidato ha dicho que quiere presentarse? ¿a quién? Esa persona a quien se lo dijo ¿tiene el poder de insinuar que sería conveniente contar con esta o el otro? Y sobre todo ¿en qué consiste ese poder? ¿qué capacidades y  conocimientos se exigen para ser miembro de esta mesa? ¿O más bien el futuro candidato espera a que suene una llamada de alguien para decirle que va a ser propuesto?

   Parece claro que, como método de elección, el segundo de ellos a través de primarias cuenta con mayor legitimidad democrática no solo por la mayor participación de los ciudadanos sino por la transparencia del propio método que permite conocer de antemano cómo se desarrollará todo el proceso. La transparencia, una palabra hoy tan de moda, pero que en nuestro país se está lejos de cumplir, especialmente en el ámbito político y ello a pesar de las loas que ciertas organizaciones se dedican al proclamarse como adalides de la transparencia. Y es que no se ha entendido nada. La transparencia exige que los pasos de todo proceso sean conocidos, de forma puntual, con detalle, saber quiénes son responsables y qué méritos atesoran para ser considerados como tales y haberles otorgado el ejercicio de una determinada función.

    En la Mesa Camilla o Mesa Comisión nunca sabes quién va a estar -aunque las comisiones estén regladas y se sepa quienes forman parte de ellas suele haber un grupo de no más de 4 personas que elaboran la lista que llegará en forma de propuesta a la Comisión y que se aprobará sin apenas modificaciones-, qué méritos posee una persona para estar ahí, qué conocimientos le avalan para decidir porqué este si o aquella no. No se sabe tampoco si hay una evaluación posterior de los resultados no solo bajo la perspectiva del desempeño en campaña sino también del desempeño de la función como representante electo.

   Y, con ser lo anterior importante, no es menos el hecho de que con la Mesa-Comisión tampoco se conocen los requisitos o exigencias que esta tiene respecto a las características que ha de reunir un candidato o candidata. Por el contrario, el método de las primarias si bien no hay (hasta el momento) unos requisitos específicos establecidos de antemano se permite a todo el mundo mostrar sus capacidades y los electores eligen, según su conciencia, aquellos que crean que desempeñarán mejor su función. Es obvio que en el método de la Mesa-Comisión no se saben de antemano los requisitos exigibles ni hay la más mínima seguridad de que  los señalados para integrar la lista sean aquellos más capaces de desempeñar las funciones en el futuro.

   Convendría pues fijar unas reglas mínimas a aplicar en posteriores procesos electorales. Reglas para todos los partidos políticos, agrupaciones electorales, etc y en todo tipo de procesos (generales, autonómicos, municipales), reglas referidas a lo general y lo concreto. En lo general con indicaciones de lo que puede esperar un candidato y en lo concreto indicaciones de las características que este ha de reunir para participar en el proceso.  Serían:

   De carácter general la limitación de mandatos con un máximo de dos, revocación de mandatos en caso de no cumplir con el cometido asignado y listas abiertas.

   De carácter específico:  elección mediante primarias abiertas, establecimiento de un mínimo básico indicativo en cuanto a capacidades y/o experiencia a reunir, medios que el partido o agrupación pondrá a disposición de los precandidatos, contacto directo con los ciudadanos mediante su presencia en las RRSS.

   Probablemente puedan mencionarse más, incluso algunos de estos serán un poco más difíciles de poner en marcha al exigir modificaciones legales, pero estamos en un punto de no retorno donde ya no resulta admisible actuar por inercia, hacer lo de siempre, mirar para otro lado mientras otros innovan. La ciudadanía demanda participar y exige transparencia. No cambiar, no ver el valor añadido que proporciona la transparencia, solo puede llevar a la desaparición de las viejas formaciones políticas mientras otras nuevas llegan al poder.