martes, 28 de julio de 2015

LIDERAZGO : CONSCIENTE Y EMPÁTICO



   Escribo este pequeño texto finalizadas las primeras elecciones primarias para Secretaría General del PSM.

   No ha sido fácil llegar hasta aquí. El año pasado hubo una convocatoria de primarias (para candidato a la CAM) que no fueron tales puesto que no hubo varios candidatos con avales suficientes y, por tanto, no pudieron celebrarse. Por fortuna, esta vez fue distinto.

   Aunque tampoco será fácil el camino que nos espera a todos a partir de ahora. Ningún cambio importante -este lo es- se lleva a cabo de la noche a la mañana, aunque se introduzca de una manera formal cuesta años que se desarrollen las cosas de forma real y natural. Ejemplos hay a miles: la igualdad de la mujer, siempre en el vaivén de adelantar o atrasar, es quizás el ejemplo más palmario.

   Se supone, al menos yo lo supongo, que en este caso será también así. El resultado nunca es del gusto de todos y los contrarios a las primarias siempre podrán decir que este no es un buen sistema, que no beneficia al partido, que no aumenta la democracia. Y, según obren los ayer candidatos, puede incrementarse esa sensación de perjuicio producido por las primarias.

   Bastaría para ello con que la ganadora laminara a las huestes del perdedor. O que el perdedor ejerciera de acosador de la vencedora. Bastaría con que ésta no estuviera a la altura de la tarea ingente que le espera, sería suficiente también con que incumpliese una sola de las promesas hechas en campaña.Todos echarían la culpa a las primarias!

   Habrá que tener mucho tino para separar el trigo de la paja, para darse cuenta de que los avances son siempre así, pasitos adelante y atrás. Como dicen los psicólogos, son necesarios 21 días para instaurar un hábito, yo diría que en estos menesteres son necesarios 21 meses...de los cuales no dispone quien ha resultado vencedora puesto que en unos meses habrá de someterse de nuevo a las urnas.

   Y aquí es donde entra en escena el liderazgo de la persona que dirige el PSM. Se necesita para la tarea venidera que ejerza un liderazgo consciente -esto no significa solo darse cuenta de que está dirigiendo dicha organización- sino que darse cuenta que para lograr los resultados extraordinarios que promete necesita dar un cambio rotundo a la organización, en el aspecto de personal y organizacional pues lo conocido hasta ahora no va a llevarle a lo prometido. Estos cambios exigen revisarlo todo: métodos, puestas en práctica, creencias sobre quienes somos y qué representamos para la gente. Lo cual no es más que conectarse con el entorno o, como tan machaconamente repite la consigna estar en la calle, eso sí no de forma física sino de pensamiento y trabajo consciente en el entorno y sociedad. Trabajo que exija cuestionar y crear. Resetear como decía su contrincante.

   Hay teóricos que sostienen que cuanto más consciente es una sociedad más es capaz de avanzar. Y si trasladáramos esto a un partido político ¿qué sería avanzar? Pues darle importancia -ser consciente- al cuidado del sistema en el que nos incardinamos, ya sea la familia, la empresa, la organización, el país. Percibir las reacciones que en el sistema tiene cualquier nuevo elemento, cualquier movimiento o variación, estar atento, prevenir.

   Justo lo contrario que exigimos a los políticos a los que solo se les piden unas cuantas habilidades de comunicación, presencia física y manejarse bien en los entornos de poder pero ninguna que les permita ver globalmente los impactos de sus medidas e, incluso, de sus comportamientos. Como si lograr sacar cabeza en un ambiente de luchas por el poder fuera suficiente para conseguir que la organización, bajo su dirección, se mantenga a flote en la dura y competitiva lucha política y electoral.

   Además, es necesario que este nuevo liderazgo sea resonante, es decir que sea empático, sea consciente de lo que sienten los miembros de la organización y encauce esos sentimientos de modo positivo. Tras los últimos meses, incluso años, la situación de la organización PSM no es, emocionalmente hablando, muy clara y equilibrada. Ha sufrido quebrantos varios, sus miembros se encuentran como mínimo desesperanzados cuando no muy enfadados. Son todos ellos sentimientos negativos que no ayudan a construir, a ser proactivo, tener visión positiva y generar ilusión.

   No ha habido una transición, una explicación de los motivos que generaron los hechos que nos han traído hasta aquí, y eso que fueron muchos y a lo largo del tiempo. Por tanto, no ha existido un período de cierre de heridas, de duelo. Cualquiera de los candidatos sabía que se iba a encontrar vivos todos estos sentimientos negativos, que jugarán un papel importante en el futuro inmediato.

   Por eso decía al principio que la mejoría de la situación va a depender mucho de como actúe la persona vencedora. Si bien para actuar de un modo que enfoque hacia el cambio y modernización de la organización se necesita ejercer un liderazgo con unas determinadas características: consciente y resonante. Consciente de lo que ocurre dentro del sistema o sistemas, empático con los sentimientos y emociones al tiempo que conductor hacía enfoques positivos.


   Es el momento de exigir a los dirigentes políticos mucho más que presencia, algo de fluidez verbal y sobrevivir a juegos de poder dentro del sistema PSM. Hay que exigir un enfoque de trabajo hacia el cambio organizacional, empatía con sus miembros y una Visión clara del futuro que vamos a construir entre todos.

miércoles, 8 de julio de 2015

RESTAÑAR HERIDAS


  Este es un artículo que me ha publicado el diario Nueva Tribuna -www.nuevatribuna.es- ayer día 7 de julio. Espero que os guste...!

La RAE define restañar como detener una hemorragia y también como volver a cubrir o borrar con estaño. Como se ve en ambos casos hace referencia a algo que estaba conformado de un modo y que algún acontecimiento vino a abrir estropear, o a envejecer.
Tras las últimas elecciones y los acontecimientos de ellas derivados se habla frecuentemente de cerrar heridas, recomponer el consenso, volver a estar en una posición de relevancia social. Me estoy refiriendo a los partidos políticos que no han alcanzado los resultados pretendidos y que necesitan recomponer su relación con la sociedad y con sus propios militantes además de con sus simpatizantes, si bien lo expuesto sirve para cualquier otra situación que implique controversia fuerte y división social.
Como es habitual el hecho de utilizar mucho un término o expresión no asegura que con su uso se difunda su exacto significado, más bien al contrario, suele quedar desvirtuado. Veamos: se entiende la necesidad de restañar las heridas pero..., ¿existe seguridad de que todos entiendan lo mismo cuando se habla de restañar?
Las heridas producidas por los resultados de una contienda electoral o política son emocionales, organizacionales e individuales. Estas heridas, con independencia del ámbito –individual o no- en el que se produzcan, van a implicar muchas emociones como desmotivación, desesperanza, angustia, enfado, resentimiento, deseo de venganza, falta de confianza, falta de relevancia, vivirse como inútil, etc. ¿es posible que las personas y las organizaciones se recuperen de tantas emociones negativas?
No es fácil que este panorama emocional se desvanezca. Para ello es preciso poder entender qué ha sucedido, cuál es la causa y cómo se ha llegado hasta allí. Si no se entiende qué pasó no podremos sustituir la emoción que produjo el hecho que nos afecta y generar otra diferente. Y ello necesita, en primer lugar, precisas explicaciones -no las obtenidas a través de personas, medios u organizaciones ajenas a los hechos- dadas por aquellos responsables que contribuyeron con sus decisiones a que los hechos se produjeran de un modo concreto. Esto y no otra cosa es la transparencia: explicar quién, cómo y porqué tomó una decisión que resultó importante para la vida de la persona u organización. En el caso de las organizaciones políticas resulta relevante conocer esto para no repetirlo de nuevo aunque es del todo inhabitual que ocurra.
Además de lo anterior resulta muy importante hacerse cargo de las emocionesexistentes en la organización y/o en las personas. Alguien con responsabilidad en lo ocurrido debe legitimar y normalizar todas las emociones. Es decir aceptar que una determinada actuación ha producido una determinada reacción emocional que, a su vez, ha llevado a la situación o acción actual. Esto legitima, da valor a esas emociones y las normaliza; a partir de este punto se genera una confianza, tranquilidad y fe en el futuro que coloca a personas y organización en el punto de partida para el cambio que se necesita.
También es preciso la asunción de responsabilidades, es decir, todas las acciones que tuvieron lugar eran responsabilidad de alguien en el ejercicio de las actividades encomendadas al puesto que desempeñaba en la organización. A ello se unirá las razones de la toma de decisiones y las consecuencias de estas.
Una vez más, no es habitual que un representante de una organización política asuma este papel de darse cuenta de lo que pasa en los otros, asuma su responsabilidad en el desarrollo de los hechos, en los resultados obtenidos y en las consecuencias para el futuro, reciba el feedback del resto de miembros de la organización. Más bien suele ocurrir que se saltan estos puntos para ir directamente al resultado que, invariablemente desde su óptica, es siempre ganador. Pase lo que pase siempre se gana!
En lugar de las posturas señaladas lo que suele ocurrir es que tras un batacazo o una pérdida importante se produzcan movimientos internos destinados a reorganizar la estructura, a generar ilusión en los de dentro y en los de fuera y, como colofón, obtener de nuevo la confianza en unas elecciones. Para ello se establece la premisa de que es imprescindible recomponer las relaciones, mediante un instrumento tan mencionado como ineficaz: desterrar los viejos odios y resentimientos generados con obstinación a lo largo del tiempo, de forma que a partir de un día concreto los antaño enemigos trabajan y confraternizan en la más bella de las armonías. No se quiere el pasado de las personas ni de la organización. Interesa el no pasado como la llave que permita entrar en el nuevo edén.
Ocurre entonces que, por mucha disposición que muestren todos, el estaño con el que se ha cubierto el objeto no es suficiente para dar un aspecto nuevo y perfecto, la vieja herida vuelve a supurar líquidos o sangre. De nuevo está abierta. Irrumpe como una fuerza que rompe toda la planificación y retrasa el logro de los objetivos. Hubiera sido mejor que de una forma transparente se hubiesen reconocido causas, hechos y consecuencias; también que los responsables de la anterior etapa que, no lo olvidemos, siguen dentro de estas organizaciones, se hicieran cargo del estado emocional del resto de miembros concediéndoles una respetabilidad que les permita cerrar las heridas y estar en disposición de recomenzar.
Ahora que estamos en épocas en las que se solicitan y celebran reuniones extraordinarias para recomponer y enfocar la actividad de organizaciones políticas quizás resultaría útil que, antes que trabajar a fondo cualquier otro aspecto, se le diese una oportunidad a restañar las heridas que perviven y siguen produciendo desajustes.
Claro que para ello haría falta valentía...!