domingo, 18 de octubre de 2015

SIN TÍTULO





   Es frecuente al visitar un museo contemplar una obra expuesta rotulada con un Sin Título; ocurre más frecuentemente en el caso del arte abstracto y del arte más moderno. También lo es al leer algún poema al que su autor no supo o no quiso dar una palabra capaz de recoger la gama de emociones que expresaba.

   Al igual que el pintor o el poeta del ejemplo, muchos militantes socialistas se hallan en los últimos días faltos de la palabra que pudiera describir y recoger de un modo inequívoco todas las emociones y pensamientos generados por tantas y tantas cuestiones ocurridas en los últimos tiempos.

   Sin ir más lejos, la designación -que no elección o votación por la militancia- de la hasta ayer diputada de UpyD, Irene Lozano. Claro que no es solo ella, es que antes fue Zaída Cantero. Y dicen – y dicen bien- que antes fueron Cristina Almeida (látigo de Felipe González), Diego López Garrido, Rosa Aguilar, Gabilondo, etc.

   Hay distintas opiniones. Están, por una parte, quienes como el Secretario General dicen que un partido político no es propiedad de sus militantes y que debe abrirse a la sociedad. Están, por otra parte, quienes sostienen que una organización política es propiedad de sus miembros aunque sirva intereses de la ciudadanía. Y están quienes, pasando ya de la discusión entre el primer y segundo concepto, entran en el meollo y se preguntan cuál es el significado de abrirse a.

   Hay una concepción engañosa en la cuestión de quién es el propietario de un partido político. Efectivamente, una organización es propiedad de sus miembros, desde la Iglesia Católica, hasta algunos clubs deportivos, pasando por un Colegio Profesional y cualquier otra que se quiera buscar. La diferencia está en si sirven o no a intereses colectivos.

   Un partido político sirve esos intereses y debe servirlos de acuerdo con lo que establece la Constitución. En este sentido, lo primero que se puede recordar es que ha de funcionar democráticamente y un dedazo es cualquier cosa menos democrático. Ejemplos recientes ha habido en que se evitó el dedazo a través de una aprobación por la militancia de la decisión de las altas esferas. Hablo del caso Gabilondo.

   Si tomamos como ejemplo otras instituciones muy incardinadas en la vida social y jurídica de nuestro país, los colegios profesionales, vemos que ellos también sirven intereses colectivos vinculados a derechos fundamentales básicos. Fijándonos en el caso de los Colegios Profesionales de profesiones sanitarias (Psicólogos, Médicos, Enfermeros) son los garantes de que los ciudadanos tengan los servicios profesionales más adecuados dentro de lo que estipula el marco legal correspondiente. Su objetivo final es la salud y su objetivo primero es la defensa de los derechos y obligaciones de las personas que ejercen estas profesiones, servir como puntos de información y difusión de conocimiento, trasladar a los poderes públicos las inquietudes de la sociedad sobre temas de su competencia, y participar en la elaboración de las leyes que afecten a su ámbito.

   Nadie duda que el Colegio Profesional es un bien social pero, al mismo tiempo, es propiedad de sus miembros. Estos, una vez obtenidos determinados requisitos como la titulación que les permitan formar parte de los mismos, se afilian, pagan cuotas, participan en debates y votaciones, organizan actividades, tienen derechos y obligaciones y eligen o cesan a sus representantes.

   Ante la afirmación de que un partido político NO es propiedad de sus militantes cabe realizar la misma reflexión que en el caso anterior. Un militante ha de tener unos requisitos mínimos antes de inscribirse -sentirse de, estar de acuerdo con la ideología a la que representa el partido-, pagar una cuota, participar en debates y deliberaciones, ejercer y reclamar sus derechos, cumplir con sus obligaciones como hacer propuestas políticas, trasladar a los distintos niveles decisorios las inquietudes de la sociedad, participar en la elaboración del programa, trabajar en la campaña electoral y en las mesas electorales, asistir a mítines, además de votar a sus cargos. Es decir: procurar con su actividad y sus aportaciones económicas que su organización siga viva y no desaparezca.

   ¿Cuál es el bien común al que sirve una organización política? La participación política, la garantía de la democracia, el mantenimiento y desarrollo de su ideología política. Estas no se cumplen sin partidos políticos por lo que, solo en este aspecto, puede considerarse a aquellos como propiedad de la ciudadanía.

   ¿Cuál es en el PSOE el bien común ideológico?: el sostenimiento y desarrollo del socialismo o de la socialdemocracia lo que implica no solo la defensa de los más desfavorecidos sino también ser avanzadilla en la incorporación de los cambios económicos y sociales con el objetivo de lograr una sociedad más justa.

   ¿Qué se necesita para eso? Militantes y financiación. Militantes porque solo ellos pueden expresar en toda su amplitud en qué consiste ser socialista ya que lo son voluntariamente, por cuestiones de razón y emoción, y resultan la mejor forma de publicidad y de conseguir adhesiones. Financiación porque sin ella no se pueden realizar las actividades necesarias para la representación política. Esta financiación viene de tres vías: las cuotas de la militancia, las subvenciones del estado según el número de representantes obtenidos, y la realización de trabajos gratuitos por parte de la militancia.

   Sin militantes, no hay partido.

   O sea, como en el caso de los colegios profesionales.

 Sin embargo, nadie que no tenga al menos los requisitos de titulación exigidos puede entrar a formar parte de los colegios profesionales, nunca se ha visto que ninguan candidatura incorpore a algún independiente (no miembro de la organziación) en sus listas electorales. Y el motivo es bien claro: no puede ejercer sus derechos ni sus obligaciones en el campo de la salud quien no está capacitado para ello pues supondría un peligro para la población en el campo de un derecho protegido.

  Volviendo al ejemplo del partido socialista es posible, sin embargo, que alguien que no es miembro del partido -se supone por tanto que no está aún capacitado para ser representante de esa ideología- y que en el mismo día del anuncio de su candidatura figura en todas las fichas oficiales como miembro de otro partido político que nada tiene que ver con la ideología socialista, sea incluida -con todos los honores- en un puesto privilegiado en la lista para el Congreso de la capital del reino.

   Los casos de los exdiputados de izquierdas mencionados anteriormente si bien no eran del PSOE habían abandonado su formación anterior y esta, no lo olvidemos, era de izquierda. Es decir: la cuestión ideológica estaba asegurada. En el caso de la ex-comandante Cantera figura como sin filiación política debido a su condición de militar. En el caso de Gabilondo no es miembro del PSOE lo que no impide que su vida profesional e intelectual haya estado siempre vinculada a posiciones de izquierdas y así ha sido percibido por la población.

   Es decir, que no se trata del mismo tipo de nombramientos y/o incorporaciones. Esta de Lozano es, con mucho, la más descarada. Y no solo por como se ha producido sino por no haber abandonado su anterior formación antes de entrar en las listas del PSOE además de por su trayectoria. Resulta insoportable que quien ha tachado al partido como el colmo de la corrupción, de ser lo mismo que el PP (veanse sus tuits), de ser el culpable de todos los males de España, de estar desaparecido, etc, sea ahora el adalid contra la corrupción de esta organización.

   Queda una última cuestión, la de abrirse a la sociedad. No es abrirse incorporar por arriba mediante puesto a quién es de otra formación, de otra ideología, y ha pasado tiempo insultando a la militancia, a los miembros de la organización. Abrirse es ser transparente, dejar que se vea lo que se hace dentro, escuchar lo que nos dicen fuera, estar con los ciudadanos en todos los lugares y situaciones, trasladar sus inquietudes, invitarles a participar con nosotros, etc. Abrirse no es conceder un retiro dorado a quién fue tu mayor látigo, eso se llama comprar. Y cuando se compra hay un para qué. Y quien así viene se vende y cuando alguien se vende hay un porqué.


   Resumiendo: como digo en el primer párrafo no tengo título, no hay una palabra que recoja fielmente la indignación, estupor, y sensaciones que estos hechos me producen. Será que son arte moderno, abstracto, más difícil de entender y con tantos significados como personas.

lunes, 14 de septiembre de 2015

MI PEQUEÑO HOMENAJE A ELENA ARNEDO SORIANO



La muerte de Elena Arnedo Soriano, hace ya unos días, nos dejó impactados a todos los que la conocíamos y habíamos compartido con ella un trecho de las actividades a las que entregó su vida. En mi caso la actividad pública, la política.

Cuando toca escribir tras el fallecimiento de alguien querido frecuentemente nos atormenta el pensamiento de no saber por donde comenzar. Resulta más fácil quedarse en la expresión de los sentimientos personales pero eso habla de uno y no refleja a la persona a quien se pretende honrar. Entiendo que es más honesto referirse a las características de Elena que han hecho de ella una mujer grande, una figura muy relevante para la izquierda, el feminismo y las mujeres de este país.

Si es verdad aquello que decía mi abuela “cada uno va en la dirección que camina” a nadie puede sorprender que su muerte haya cogido a la mayoría por sorpresa. Para entender esto hay que tomar en cuenta una de las cualidades más destacadas de Elena: la discreción. Siempre fue una persona discreta que no solía referir cuestiones o problemas personales. Nunca estuvo se expuso, a pesar de que algunas circunstancias de su vida lo propiciaron, a la curiosidad pública ni a los medios rosas, ella nunca se apartó de su dedicación profesional a la ginecología y más tarde a la política.

Pero no solo fue una persona discreta sino muy tenaz y decidida, alguien que no se arredaba ante nada y que con gesto firme, voz suave y una sonrisa era capaz de poner en palabras la fuerza de un trueno. Así lo puede constatar muchas veces en sus intervenciones públicas tanto en el ámbito político como en los foros en los que participaba.

Fue también una mujer moderna, una avanzada en sus tiempos, que se propuso junto a un grupo de amigas y correligionarias dar una vuelta a la situación de la mujer en España. Eran los años predemocráticos y de la transición y en aquella efervescencia sacó adelante, junto a otras personas, los primeros centros de Planificación Familiar que hubo en nuestro país. Estos fueron imprescindibles para la libertad de las mujeres, para una nueva vivencia de la sexualidad y, todavía hoy, no se ha implementado una medida de salud sexual tan relevante y sustantiva como fue aquella. Para las que éramos jóvenes entonces la doctora Arnedo se convirtió en un mito.

Otra característica suya fue el compromiso. Compromiso con todo aquello que para ella fue importante. No solo fue comprometida en el ámbito político sino con familia, amigos, valores y actividades valiosas para la sociedad que ella defendió con dedicación hasta el último momento. Baste recordar que fue una de las hacedoras de la Ley de salud sexual e interrupción voluntaria del embarazo promulgada durante el mandato del presidente Zapatero. Pude constatar como participó en la difusión de la misma, explicando, argumentando, comparando con otras leyes similares en otros países, de forma incansable, hasta el punto que se convirtió en el referente de dicha ley.

Además de lo anterior, fue una intelectual, e intelectual feminista. Dedicó gran parte de su tiempo a pensar y a escribir sobre cuestiones de salud de las mujeres pero poniendo siempre el enfoque en cómo los poderes -el sistema- y la industria intentaban dirigir la relación, la vivencia, de las mujeres con su propio cuerpo. Quedan para la posteridad varios libros suyos dedicados a la menopausia, a la actividad frenética desarrollada por las mujeres liberadas y también un libro básico de consulta sobre la salud sexual de las mujeres.

En lo político se mantuvo, de nuevo, en un discreto lugar hasta que fue llamada a ser la nº 3 en la lista que Trinidad Jimenez presentó a las elecciones municipales en Madrid en el año 2003. Fue elegida concejala y se ocupó de Servicios Sociales, una amplia área que englobaba también lo relativo a igualdad y a la sanidad municipal.
Fue designada entonces concejala del PSOE en el distrito de Chamartín siendo la encargada de dirigir la labor del grupo municipal socialista en dicho distrito. Era su distrito, en él estaba el barrio en el que vivía desde hacía décadas, y le tocó la tarea de combinar alta política con la práctica política a nivel de barrio, es decir, con proponer medidas y acciones que trasladasen los conceptos de la primera a las respuestas que exigían las necesidades planteadas en la segunda. Y, además, hacerlo de modo transversal puesto que la actividad a nivel ayuntamiento era en políticas sociales mientras que en el distrito era la concejal de la oposición responsable última de todas las áreas de actividad.

Para los que fuimos sus Vocales Vecinos (representantes de los ciudadanos del distrito elegidos por los militantes del PSOE en dicho distrito) fue toda una experiencia ver cómo se podía actuar al mismo tiempo en la política de altura y en la política más próxima, la que afecta a las personas a las que ves y con las que hablas todos los días, cómo hacerlo en un área concreta sin perjudicar a otras áreas en el nivel de barrio. Todo un apasionante juego de compromiso, prudencia y visión estratégica. Porque Elena representaba, en derechos de las mujeres y en sanidad aquella política de altura, más teórica, y -al mismo tiempo- estaba encargada de traducirla en propuestas muy pegadas a la realidad como concejala del Ayuntamiento de Madrid pero, como concejala de distrito, debía tener en perspectiva el resto de áreas de actividad política.

Yo conocí personalmente a Elena cuando fue designada concejal de distrito y yo me incorporé al grupo de los Vocales Vecinos del distrito que íbamos a formar con ella el grupo municipal socialista durante aquella legislatura municipal. A mí su figura me imponía respeto, hacía mucho que la admiraba y tenía cierto miedo de no estar a la altura. Supongo que no fui la única que tuvo esa sensación que, he de decirlo, se esfumó rápidamente debido al trato natural y próximo que Elena dispensaba a todo el mundo. Su delicadeza al plantear los temas, al discrepar, el modo tan suave de mantenerse firme, la discreción de la que hizo gala – una vez más- para navegar por las luchas políticas tan frecuentes en el partido hicieron que la admirase aún más.


Hoy, cuando toca despedirla, es el momento de señalar el legado que nos deja a todos, hombres y mujeres. Lo es también de recordar públicamente todo lo que de ella aprendimos, ponerlo en valor. Es la ocasión de agradecer el cariño que me demostró durante años en que me expresó los mejores deseos de año nuevo con una preciosa ilustración y un poema en francés. Y, especialmente, es el momento de devolver a su familia algo del cariño y el apoyo que de ella recibimos, hacerles saber lo especial que fue también para otras personas que la trataron en la vida exterior. Yo lo hago con un fuerte abrazo para su marido, Fernando de Terán, y su hijos. 

martes, 28 de julio de 2015

LIDERAZGO : CONSCIENTE Y EMPÁTICO



   Escribo este pequeño texto finalizadas las primeras elecciones primarias para Secretaría General del PSM.

   No ha sido fácil llegar hasta aquí. El año pasado hubo una convocatoria de primarias (para candidato a la CAM) que no fueron tales puesto que no hubo varios candidatos con avales suficientes y, por tanto, no pudieron celebrarse. Por fortuna, esta vez fue distinto.

   Aunque tampoco será fácil el camino que nos espera a todos a partir de ahora. Ningún cambio importante -este lo es- se lleva a cabo de la noche a la mañana, aunque se introduzca de una manera formal cuesta años que se desarrollen las cosas de forma real y natural. Ejemplos hay a miles: la igualdad de la mujer, siempre en el vaivén de adelantar o atrasar, es quizás el ejemplo más palmario.

   Se supone, al menos yo lo supongo, que en este caso será también así. El resultado nunca es del gusto de todos y los contrarios a las primarias siempre podrán decir que este no es un buen sistema, que no beneficia al partido, que no aumenta la democracia. Y, según obren los ayer candidatos, puede incrementarse esa sensación de perjuicio producido por las primarias.

   Bastaría para ello con que la ganadora laminara a las huestes del perdedor. O que el perdedor ejerciera de acosador de la vencedora. Bastaría con que ésta no estuviera a la altura de la tarea ingente que le espera, sería suficiente también con que incumpliese una sola de las promesas hechas en campaña.Todos echarían la culpa a las primarias!

   Habrá que tener mucho tino para separar el trigo de la paja, para darse cuenta de que los avances son siempre así, pasitos adelante y atrás. Como dicen los psicólogos, son necesarios 21 días para instaurar un hábito, yo diría que en estos menesteres son necesarios 21 meses...de los cuales no dispone quien ha resultado vencedora puesto que en unos meses habrá de someterse de nuevo a las urnas.

   Y aquí es donde entra en escena el liderazgo de la persona que dirige el PSM. Se necesita para la tarea venidera que ejerza un liderazgo consciente -esto no significa solo darse cuenta de que está dirigiendo dicha organización- sino que darse cuenta que para lograr los resultados extraordinarios que promete necesita dar un cambio rotundo a la organización, en el aspecto de personal y organizacional pues lo conocido hasta ahora no va a llevarle a lo prometido. Estos cambios exigen revisarlo todo: métodos, puestas en práctica, creencias sobre quienes somos y qué representamos para la gente. Lo cual no es más que conectarse con el entorno o, como tan machaconamente repite la consigna estar en la calle, eso sí no de forma física sino de pensamiento y trabajo consciente en el entorno y sociedad. Trabajo que exija cuestionar y crear. Resetear como decía su contrincante.

   Hay teóricos que sostienen que cuanto más consciente es una sociedad más es capaz de avanzar. Y si trasladáramos esto a un partido político ¿qué sería avanzar? Pues darle importancia -ser consciente- al cuidado del sistema en el que nos incardinamos, ya sea la familia, la empresa, la organización, el país. Percibir las reacciones que en el sistema tiene cualquier nuevo elemento, cualquier movimiento o variación, estar atento, prevenir.

   Justo lo contrario que exigimos a los políticos a los que solo se les piden unas cuantas habilidades de comunicación, presencia física y manejarse bien en los entornos de poder pero ninguna que les permita ver globalmente los impactos de sus medidas e, incluso, de sus comportamientos. Como si lograr sacar cabeza en un ambiente de luchas por el poder fuera suficiente para conseguir que la organización, bajo su dirección, se mantenga a flote en la dura y competitiva lucha política y electoral.

   Además, es necesario que este nuevo liderazgo sea resonante, es decir que sea empático, sea consciente de lo que sienten los miembros de la organización y encauce esos sentimientos de modo positivo. Tras los últimos meses, incluso años, la situación de la organización PSM no es, emocionalmente hablando, muy clara y equilibrada. Ha sufrido quebrantos varios, sus miembros se encuentran como mínimo desesperanzados cuando no muy enfadados. Son todos ellos sentimientos negativos que no ayudan a construir, a ser proactivo, tener visión positiva y generar ilusión.

   No ha habido una transición, una explicación de los motivos que generaron los hechos que nos han traído hasta aquí, y eso que fueron muchos y a lo largo del tiempo. Por tanto, no ha existido un período de cierre de heridas, de duelo. Cualquiera de los candidatos sabía que se iba a encontrar vivos todos estos sentimientos negativos, que jugarán un papel importante en el futuro inmediato.

   Por eso decía al principio que la mejoría de la situación va a depender mucho de como actúe la persona vencedora. Si bien para actuar de un modo que enfoque hacia el cambio y modernización de la organización se necesita ejercer un liderazgo con unas determinadas características: consciente y resonante. Consciente de lo que ocurre dentro del sistema o sistemas, empático con los sentimientos y emociones al tiempo que conductor hacía enfoques positivos.


   Es el momento de exigir a los dirigentes políticos mucho más que presencia, algo de fluidez verbal y sobrevivir a juegos de poder dentro del sistema PSM. Hay que exigir un enfoque de trabajo hacia el cambio organizacional, empatía con sus miembros y una Visión clara del futuro que vamos a construir entre todos.

miércoles, 8 de julio de 2015

RESTAÑAR HERIDAS


  Este es un artículo que me ha publicado el diario Nueva Tribuna -www.nuevatribuna.es- ayer día 7 de julio. Espero que os guste...!

La RAE define restañar como detener una hemorragia y también como volver a cubrir o borrar con estaño. Como se ve en ambos casos hace referencia a algo que estaba conformado de un modo y que algún acontecimiento vino a abrir estropear, o a envejecer.
Tras las últimas elecciones y los acontecimientos de ellas derivados se habla frecuentemente de cerrar heridas, recomponer el consenso, volver a estar en una posición de relevancia social. Me estoy refiriendo a los partidos políticos que no han alcanzado los resultados pretendidos y que necesitan recomponer su relación con la sociedad y con sus propios militantes además de con sus simpatizantes, si bien lo expuesto sirve para cualquier otra situación que implique controversia fuerte y división social.
Como es habitual el hecho de utilizar mucho un término o expresión no asegura que con su uso se difunda su exacto significado, más bien al contrario, suele quedar desvirtuado. Veamos: se entiende la necesidad de restañar las heridas pero..., ¿existe seguridad de que todos entiendan lo mismo cuando se habla de restañar?
Las heridas producidas por los resultados de una contienda electoral o política son emocionales, organizacionales e individuales. Estas heridas, con independencia del ámbito –individual o no- en el que se produzcan, van a implicar muchas emociones como desmotivación, desesperanza, angustia, enfado, resentimiento, deseo de venganza, falta de confianza, falta de relevancia, vivirse como inútil, etc. ¿es posible que las personas y las organizaciones se recuperen de tantas emociones negativas?
No es fácil que este panorama emocional se desvanezca. Para ello es preciso poder entender qué ha sucedido, cuál es la causa y cómo se ha llegado hasta allí. Si no se entiende qué pasó no podremos sustituir la emoción que produjo el hecho que nos afecta y generar otra diferente. Y ello necesita, en primer lugar, precisas explicaciones -no las obtenidas a través de personas, medios u organizaciones ajenas a los hechos- dadas por aquellos responsables que contribuyeron con sus decisiones a que los hechos se produjeran de un modo concreto. Esto y no otra cosa es la transparencia: explicar quién, cómo y porqué tomó una decisión que resultó importante para la vida de la persona u organización. En el caso de las organizaciones políticas resulta relevante conocer esto para no repetirlo de nuevo aunque es del todo inhabitual que ocurra.
Además de lo anterior resulta muy importante hacerse cargo de las emocionesexistentes en la organización y/o en las personas. Alguien con responsabilidad en lo ocurrido debe legitimar y normalizar todas las emociones. Es decir aceptar que una determinada actuación ha producido una determinada reacción emocional que, a su vez, ha llevado a la situación o acción actual. Esto legitima, da valor a esas emociones y las normaliza; a partir de este punto se genera una confianza, tranquilidad y fe en el futuro que coloca a personas y organización en el punto de partida para el cambio que se necesita.
También es preciso la asunción de responsabilidades, es decir, todas las acciones que tuvieron lugar eran responsabilidad de alguien en el ejercicio de las actividades encomendadas al puesto que desempeñaba en la organización. A ello se unirá las razones de la toma de decisiones y las consecuencias de estas.
Una vez más, no es habitual que un representante de una organización política asuma este papel de darse cuenta de lo que pasa en los otros, asuma su responsabilidad en el desarrollo de los hechos, en los resultados obtenidos y en las consecuencias para el futuro, reciba el feedback del resto de miembros de la organización. Más bien suele ocurrir que se saltan estos puntos para ir directamente al resultado que, invariablemente desde su óptica, es siempre ganador. Pase lo que pase siempre se gana!
En lugar de las posturas señaladas lo que suele ocurrir es que tras un batacazo o una pérdida importante se produzcan movimientos internos destinados a reorganizar la estructura, a generar ilusión en los de dentro y en los de fuera y, como colofón, obtener de nuevo la confianza en unas elecciones. Para ello se establece la premisa de que es imprescindible recomponer las relaciones, mediante un instrumento tan mencionado como ineficaz: desterrar los viejos odios y resentimientos generados con obstinación a lo largo del tiempo, de forma que a partir de un día concreto los antaño enemigos trabajan y confraternizan en la más bella de las armonías. No se quiere el pasado de las personas ni de la organización. Interesa el no pasado como la llave que permita entrar en el nuevo edén.
Ocurre entonces que, por mucha disposición que muestren todos, el estaño con el que se ha cubierto el objeto no es suficiente para dar un aspecto nuevo y perfecto, la vieja herida vuelve a supurar líquidos o sangre. De nuevo está abierta. Irrumpe como una fuerza que rompe toda la planificación y retrasa el logro de los objetivos. Hubiera sido mejor que de una forma transparente se hubiesen reconocido causas, hechos y consecuencias; también que los responsables de la anterior etapa que, no lo olvidemos, siguen dentro de estas organizaciones, se hicieran cargo del estado emocional del resto de miembros concediéndoles una respetabilidad que les permita cerrar las heridas y estar en disposición de recomenzar.
Ahora que estamos en épocas en las que se solicitan y celebran reuniones extraordinarias para recomponer y enfocar la actividad de organizaciones políticas quizás resultaría útil que, antes que trabajar a fondo cualquier otro aspecto, se le diese una oportunidad a restañar las heridas que perviven y siguen produciendo desajustes.
Claro que para ello haría falta valentía...!

lunes, 25 de mayo de 2015

QUEDA MUCHO


   Tras el trepidante día de ayer, 24 de mayo de 2015, toca revisar resultados, evaluar el éxito de las decisiones adoptadas, asumir responsabilidades de forma transparente y mirar hacia el futuro.

   Todas estas tareas son muy importantes pero suele ocurrir que se hace una de ellas –la primera- y si la cosa, numéricamente hablando, ha quedado aseada ya no se continúa. Aunque esto último, continuar con las otras tres tareas, es lo que llevará al futuro de la organización y al éxito que allí pueda esperarla.

   Cada partido tiene unos hábitos –una cultura se dice- y hacen una dos o tres de las tareas. Creo que ninguno hace las cuatro…

   Observando al PSOE en el día de hoy resulta que en la primera tarea analizan los resultados, cuentan con gran aparato donde han ganado, quedado como segunda fuerza e, incluso, se atreven a presentarse como ganadores y llave imprescindible para gobiernos de la izquierda. Arrojan el amplísimo número de votos obtenido sin compararlo con el obtenido cuatro años atrás aun sabiendo que las circunstancias especiales podrían hacerlo equivalente. Es decir: no cuentan toda la verdad, no están siendo transparentes.

   Sin entrar a discutir esto, que me temo es verdad o no según con el cristal con el que se mire, suponiendo que es verdad…resulta aun así impactante. ¿Por qué digo esto? Pues porque demostraría que no se ha entendido nada. Que se sigue sin entender. Lo importante hoy no es si se han tenido 600 mil votos más o menos lo importante es si se puede gobernar bajo principios de izquierda. Es decir, es importante la ideología no la numerología.

   Esta actitud podría ser válida hasta el día de ayer. En los tiempos de la vieja política. Pero los tiempos están cambiando –han cambiado desde hace un año de forma irremisible- y no es aceptable hacer un análisis meramente aritmético. Aunque este te señale como vencedor. Porque lo que se necesita es distinto: es diálogo, cooperación, gestión compartida, soluciones eficaces y próximas, asumiendo de forma rotunda las aspiraciones de los ciudadanos, es decir se necesita a los otros, a los semejantes, a las izquierdas. Y se necesitan para construir la sociedad a la que toda la izquierda aspira: justa, igual, no discriminatoria orientada hacia el bien común y no al interés del capital.
   Y este objetivo, una sociedad justa e igual, exige el acuerdo de todos. Para ello se necesita acordar y dialogar. Acciones que no son iguales. Primero se dialoga luego se acuerda sobre la base de lo dialogado. Pero ¿qué es dialogar?¿ escuchar lo que tienen que decir los otros? No solamente. Dialogar es estar dispuesto a aceptar que los otros modifiquen con sus argumentos parte de tu forma de pensar o de actuar. Justo lo que no se suele hacer en política donde demasiadas veces se juega a ganar quedando por encima. Me temo que la situación manifestada por el resultado en las urnas no permite acuerdos de quedar por encima sino de dialogar –impregnarse del pensamiento del otro- y sobre esa base acordar y construir el futuro común.

   La segunda tarea implica evaluar el éxito de decisiones tales como la composición de las listas electorales, la forma en que se elaboraron, las cualidades y méritos que poseen los candidatos. Lo que no es más que poner el foco en si se ha actuado en clave electoral o en clave de ganar un futuro congreso regional, nacional o unas primarias. Un ejemplo muy significativo de lo que digo es la confección de la lista al ayuntamiento de Parla en la que no hubo plaza para la exalcaldesa Beatriz Arceredillo que ahora ha quedado como segunda fuerza en esa ciudad encabezando una lista de entidades ciudadanas  que podría, incluso, llegar a gobernar. ¿Se necesita más prueba de que la ciudadanía la quería a ella antes y la sigue prefiriendo ahora? Se pueden poner otros casos también notorios pero creo que no es preciso que me extienda más…..

   Obtener un rotundo fracaso, como ocurre con la Comisión Gestora en el caso de la lista al ayuntamiento de Parla, ha de llevar, tras la constatación del mismo, a la asunción de responsabilidades por parte de la citada gestora tal como se menciona en la siguiente tarea. Y no solo por el fracaso sino por lo que este fracaso implica para el futuro de la organización socialista al poner en manos de otro partido uno de los mejores cuadros de los que en este momento se disponía.

   La tercera tarea, asumir responsabilidades con transparencia, es algo que está por hacer, a mi juicio, en todos los partidos. Si alguna vez se asume alguna responsabilidad no se dice cuál es la causa, se escudan en cuestiones personales y familiares como si asumir responsabilidades no fuese un asunto que afecta a la persona que las asume y a su familia. Al contrario de lo que suele creerse la transparencia -palabra tan gastada en tan poco tiempo- exige conocer la razón de las cosas de forma que el ciudadano sepa de un asunto aquello que es relevante para él y no el sueldo de tal o cual persona, que es mucho menos relevante de lo que la morbosidad nos indica. Y pocas cosas pueden ser tan relevantes como el hecho de que alguien en la vida política asume una responsabilidad por un motivo concreto que se explica en el momento de la asunción.

   Asumir responsabilidades no es solo cosa del momento en que se abandona algo –una dimisión, por ejemplo- sino algo que ha de hacerse de continuo. Por ejemplo ahora, en el día de hoy en el que los pactos llaman a la puerta de las fuerzas de izquierda, se tomarán decisiones transcendentes para la vida de la gente y de las organizaciones pero que, a la vez, serán estratégicas porque determinarán el futuro de estas mucho más de lo que a sus líderes les gustaría.

   Así resulta que pactar entre las distintas fuerzas de izquierda o  empeñarse cada una de las mismas en sostenella y no enmendalla tendrá consecuencias para nosotros pero también para las organizaciones. Y siendo una decisión estratégica las tendrá también en el futuro. Es preciso, por tanto, sopesar de forma prudente y delicada la situación y planificar a corto y largo plazo. Y después asumir la decisión, con explicaciones públicas, enumerando ventajas e inconvenientes y los pormenores de la adopción de la misma. O sea: de forma transparente.

   Cualquier otra cosa distinta de esto no será comprendida ni por la ciudadanía ni por la militancia y llevará a la pérdida de votos de aquella organización que haya procedido de forma distinta. Otro ejemplo: alguien puede imaginar que si se impide –por quien sea en la izquierda- el gobierno de ciudades emblemáticas como Barcelona o Madrid, Comunidades Autónomas como Castilla la Mancha o Madrid, dicho comportamiento va a quedar sin castigo en la próxima cita electoral? No creo que alguien se lo imagine…..

      La cuarta tarea, mirar hacia el futuro, se me antoja difícil si antes no se han cumplimentado las anteriores pues ¿hacia qué futuro se puede mirar si se siguen manteniendo las mañas de la vieja política ahora que la situación y el entorno demandan lo contrario? Solo hacia un futuro inalcanzable e irrealizable. Un futuro en que con modos de hace 30 años se alcancen logros propios de los próximos 30. Como se sabe este efecto atrás-adelante adelante-atrás no ocurre más que al bailar la yenka…

   Titulaba este post Queda mucho  porque las tareas mencionadas se llevan a cabo de modo incompleto. Pero no solo por eso. Lo hacía porque no me parece que, de nuevo mirando al PSOE, el resultado sea una victoria aun cuando pueda permitir gobernar en muchos lugares. Si unimos al hecho de que la cultura de la organización no es realizar todas las tareas citadas,  la presión de la ciudadanía por cambiar el panorama político y las disfunciones existentes en algunas listas electorales es evidente que falta mucho para una situación triunfante.

   Lanzo un llamamiento a ir ¡A por lo que falta!

  y que yo, personalmente, traduzco en este pequeño decálogo:

   1-    Listas abiertas
2 2-     Limitación de mandatos
3 3-    Elección de integrantes de listas electorales de forma abierta y participativa
4 4-    Transparencia también es el Reconocimiento de hechos ante la ciudadanía y la Asunción de responsabilidades.
5 5-    Gestionar los partidos con criterios científicos y de management
6 6-    Modificación del sistema de voto de los españoles residentes en el exterior
7 7-    Modificación de la Ley electoral
8 8-    Primarias abiertas para candidaturas a todas las CCAA y Ayuntamientos
9 9-    Un solo cargo –sea del nivel que sea- por militante
110-                      Incompatibilidad del ejercicio representativo en Parlamentos y Ayuntamientos con el ejercicio de cualquier otra actividad remunerada.

lunes, 4 de mayo de 2015

¿MESA REDONDA?

 

   Una mesa es un mueble donde apoyar o hacer cosas y entorno al cual nos colocamos, solos o acompañados. Es decir, es un espacio abierto a la acción y al compartir.  Una mesa es también una forma de organizar el diseño, participación, realización y difusión de una acción o medida. Son muchos los ejemplos: la mesa por la educación, la mesa por la sanidad.  Las hay de muchos tipos: redondas, ovaladas, alargadas ; estas últimas más protocolarias y aquella más participativa.

  Pero la mesa no tiene solo interpretaciones tan lógicas y limpias sino que tiene algunas muy chusqueras. Véase como ejemplo la Mesa Camilla con-en-alrededor de la cual algún partido político elegía a quienes iban a formar parte de sus listas.

   Precisamente, acaba de realizarse el proceso de formación de las listas electorales para las elecciones municipales y autonómicas. Durante el mismo ha habido de todo. Quien lo ha realizado mediante de forma tradicional mediante una mesa –ahora llamada Comisión de listas o Comisión de idoneidad- y quien lo ha realizado mediante primarias abiertas a las que podía presentarse todas las personas que lo desearan.

   En el caso de las Mesas-Comisiones las personas seleccionadas se les supone la conformidad y voluntad de representar a los ciudadanos mediante un partido político de una determinada ideología pues no es conocida, de forma directa, su voluntad de presentarse ni su compromiso con las siglas ni su adherencia a las propuestas del partido por el que se presente.

   En el caso de la forma de elegir miembros mediante primarias, por el contrario, se hace manifestación expresa de la voluntad de participar en el proceso y de llevar a cabo las labores correspondientes, en caso de ser elegido, con compromiso e implicación.

   Además, esta última forma, tiene dos ventajas democráticas que no son precisamente insignificantes. Una es que permite la participación de la ciudadanía mediante el voto y la intervención en distintas fases del proceso. Otra que fomenta la vinculación del candidato al grupo de electores y de estos con el primero, es decir, permite que se conozcan entre ellos, proporcionando finalmente adherencia a las propuestas y a las siglas.

   ¿Cómo es ese conocerse entre candidatos y votantes? Todos los candidatos tienen la oportunidad de explicar quiénes son –currículum, capacidades, aspiraciones, compromisos- motivos por los que presentan su candidatura y, especialmente, para qué se presentan. Es decir: qué creen que pueden hacer y aportar por mejorar la sociedad a la que servirán a través de unas siglas.

   Ahora volvamos al método de elección  de la Mesa-Comisión ¿algún candidato ha dicho que quiere presentarse? ¿a quién? Esa persona a quien se lo dijo ¿tiene el poder de insinuar que sería conveniente contar con esta o el otro? Y sobre todo ¿en qué consiste ese poder? ¿qué capacidades y  conocimientos se exigen para ser miembro de esta mesa? ¿O más bien el futuro candidato espera a que suene una llamada de alguien para decirle que va a ser propuesto?

   Parece claro que, como método de elección, el segundo de ellos a través de primarias cuenta con mayor legitimidad democrática no solo por la mayor participación de los ciudadanos sino por la transparencia del propio método que permite conocer de antemano cómo se desarrollará todo el proceso. La transparencia, una palabra hoy tan de moda, pero que en nuestro país se está lejos de cumplir, especialmente en el ámbito político y ello a pesar de las loas que ciertas organizaciones se dedican al proclamarse como adalides de la transparencia. Y es que no se ha entendido nada. La transparencia exige que los pasos de todo proceso sean conocidos, de forma puntual, con detalle, saber quiénes son responsables y qué méritos atesoran para ser considerados como tales y haberles otorgado el ejercicio de una determinada función.

    En la Mesa Camilla o Mesa Comisión nunca sabes quién va a estar -aunque las comisiones estén regladas y se sepa quienes forman parte de ellas suele haber un grupo de no más de 4 personas que elaboran la lista que llegará en forma de propuesta a la Comisión y que se aprobará sin apenas modificaciones-, qué méritos posee una persona para estar ahí, qué conocimientos le avalan para decidir porqué este si o aquella no. No se sabe tampoco si hay una evaluación posterior de los resultados no solo bajo la perspectiva del desempeño en campaña sino también del desempeño de la función como representante electo.

   Y, con ser lo anterior importante, no es menos el hecho de que con la Mesa-Comisión tampoco se conocen los requisitos o exigencias que esta tiene respecto a las características que ha de reunir un candidato o candidata. Por el contrario, el método de las primarias si bien no hay (hasta el momento) unos requisitos específicos establecidos de antemano se permite a todo el mundo mostrar sus capacidades y los electores eligen, según su conciencia, aquellos que crean que desempeñarán mejor su función. Es obvio que en el método de la Mesa-Comisión no se saben de antemano los requisitos exigibles ni hay la más mínima seguridad de que  los señalados para integrar la lista sean aquellos más capaces de desempeñar las funciones en el futuro.

   Convendría pues fijar unas reglas mínimas a aplicar en posteriores procesos electorales. Reglas para todos los partidos políticos, agrupaciones electorales, etc y en todo tipo de procesos (generales, autonómicos, municipales), reglas referidas a lo general y lo concreto. En lo general con indicaciones de lo que puede esperar un candidato y en lo concreto indicaciones de las características que este ha de reunir para participar en el proceso.  Serían:

   De carácter general la limitación de mandatos con un máximo de dos, revocación de mandatos en caso de no cumplir con el cometido asignado y listas abiertas.

   De carácter específico:  elección mediante primarias abiertas, establecimiento de un mínimo básico indicativo en cuanto a capacidades y/o experiencia a reunir, medios que el partido o agrupación pondrá a disposición de los precandidatos, contacto directo con los ciudadanos mediante su presencia en las RRSS.

   Probablemente puedan mencionarse más, incluso algunos de estos serán un poco más difíciles de poner en marcha al exigir modificaciones legales, pero estamos en un punto de no retorno donde ya no resulta admisible actuar por inercia, hacer lo de siempre, mirar para otro lado mientras otros innovan. La ciudadanía demanda participar y exige transparencia. No cambiar, no ver el valor añadido que proporciona la transparencia, solo puede llevar a la desaparición de las viejas formaciones políticas mientras otras nuevas llegan al poder.

  

martes, 17 de febrero de 2015

TABLERO

   Vaya día el 11 de febrero de 2015! No recuerdo un día tan desconcertante y confuso. Donde emociones opuestas se encontraban presentes al mismo tiempo. Alegría por el golpe de mano que descabalgaba a la dirección del psm y temor por sus consecuencias y por las causas inmediatas que provocaron la decisión e indicaron cual era el momento oportuno.

   ¡Vuelve el tablero!. El de ajedrez, digo; no el de otro juego más intuitivo o más simple. No. El tablero que vuelve es el de los estrategas que trazan jugadas a largo plazo, capaces de descabalgar a figuras todopoderosas y fijar un nuevo campo de juego. Lo del partido socialista de Madrid es, salvando todas las distancias, algo parecido. No  parece un simple órdago sino una jugada con toda la enjundia dirigida a cambiar el tablero político en la región y aún más lejos. El tiempo dirá si así ha sido, como siempre. En todo caso a mí me gustaría que se tratara de esa gran jugada de ajedrez que tanto necesita el  socialismo madrileño.

   Analizando lo ocurrido lo primero que alguien se pregunta es  ¿Qué pasa en Madrid?
No hay una sola respuesta sino muchas, entre ellas :

 La organización vive en una pura contradicción, sus dirigentes hacen tan solo lo que conviene a su estatus político y personal (ambos muy imbricados), lo que es conocido como mantenerse en el puesto lo cual lleva al PSM a la irrelevancia .

  Esa irrelevancia propicia la desaparición del partido –tanto de la agenda política como en la pérdida de militantes- mientras nuevos partidos de todos los espectros pugnan por llevarse el cacho de espacio cedido por el socialismo.

   Se prometen cosas que gustan a bases y votantes –un tipo de populismo- y luego hacen justo las contrarias, véase primarias abiertas vs primarias cerradas y desvirtuadas de octubre pasado.

   Se ha hecho de la organización un instrumento desde el que otorgar favores en lugar de un referente ideológico y lugar desde el que hacerse cargo de las cuitas de los ciudadanos.

   Se hurta la posibilidad de una mayor participación política de militantes y ciudadanos pues sin crítica no hay pensamiento ni debate, por tanto no hay participación sino clonación.

   Se lamina a críticos y díscolos. En esto los ejemplos son innumerables desde hace años.

   Se utilizan procedimientos orgánicos para someter agrupaciones críticas con la gestión de la ejecutiva. Pero si estos procedimientos, hasta ahora tan válidos, se les aplican a la citada ejecutiva –como ahora ocurre- entonces carecen de legitimidad, son ilegales, etc, etc.

   Se confunden las responsabilidades políticas con las judiciales, obviando que alguien puede ser perfectamente inocente -incluso no ser nunca imputado- pero en situaciones como la actual su  presencia como candidato resulta contraproducente para lograr el objetivo pretendido.

   Y el colofón es la presencia continua en los medios de comunicación debido a investigaciones policiales y judiciales lo que genera un descrédito de tamaño monumental al coincidir con época electoral. Este descrédito lleva aparejada la falta de confianza en la opción política socialista y la desafección del votante y simpatizante.

   Es aquí donde a mi juicio cabe enmarcar la decisión de la Comisión Ejecutiva Federal: en las responsabilidades políticas y en el descrédito para el partido socialista. En Madrid, nadie con criterio se siente motivado para votar al PSM de Gómez. No genera Confianza, pues los tres elementos de esta virtud no forman parte –en este momento- del haber de Gómez. Esto quiere decir que no puede aportar garantías de ser sincero, ni competente ni tiene credibilidad, ya que el votante se pregunta ¿y si luego resulta imputado? ¿Resultaría que no había dicho verdad?, ¿Qué no gestionó como es debido?. Todas estas dudas machacan la mente del ciudadano mientras duren las investigaciones relativas a sus tiempos de alcalde y la prensa publique noticias de las mismas.

   Más la falta de estas tres cosas no es atribuible a Ferraz ni a Sánchez ni a nadie más que a Gómez y su ejecutiva. Nadie le impuso –y menos Sánchez- las decisiones que han contribuido a generar su escaso atractivo electoral y su descrédito entre votantes y militantes. Un ejemplo es el de gastar un dineral en un cartel con la leyenda Invictus que, cuando menos,  indicaba que era imprudente, arrogante y derrochador, tres cosas que el público no perdona. Nadie decidió por él –a modo de tic-tac, tic-tac-  el eslogan cada día un paso menos hasta la Puerta del Sol. Tampoco nadie le indicó hacerse valedor de las primarias abiertas a la ciudadanía con tal de ser visto como opositor interno a Rubalcaba para luego decir que donde dije abiertas digo cerradas…tan cerradas que los otros candidatos ni posibilidad tuvieron de entrar en liza. Ni hubo nadie que le impusiera esa manera tan suya de evitar la más mínima crítica asegurándose de eliminar a todo el que la pronuncie. Y cosa suya es el no realizar jamás análisis de lo que ha ido mal –y oportunidades ha tenido de sobra- como si el PSM fuera una organización al margen de todas las demás, tan al margen que lo que la ciencia social indica para todas no resulta aplicable a esta. Del mismo modo que la presencia en los medios debido a las investigaciones no es imputable más que a decisiones tomadas en el gobierno municipal mientras él era alcalde aunque no estuviese presente en la firma de los acuerdos.

   Siendo todo esto remarcable no es de menor importancia otra característica definitoria de su personalidad y su forma de hacer. El victimismo o, en otras palabras, ir de víctima. Siempre huye hacia adelante, la culpa es del resto de actores, de todos, cuantos más mejor. Él, sus decisiones, sus equipos, nunca han tenido culpa de nada, sean unos malos resultados, sea constituir gestoras en agrupaciones, sea llevar a la organización a la máxima irrelevancia (siendo el máximo responsable de lograr justo lo contrario), sea impedir la discrepancia, etc…siempre la culpa es de otros.

   Ahora tiene de nuevo una ocasión perfecta, y no ha perdido tiempo de usarla, de definirse como víctima. Un papel que es fácil explotar bien en los medios, incluso ante la ciudadanía. Pero en esta momento hay un elemento diferenciador que no ha tenido en cuenta: el victimismo te puede ayudar a llegar pero nunca te ayuda a mantenerte.


   Por tanto, lo que hasta ahora ha jugado a su favor para llegar a la máxima responsabilidad en la organización ya no le ha ayudado a mantenerse.