VOLVER: CÓMO Y A DONDE
Marlis González Torres, Psicóloga Coach
Comparto con vosotros un texto sobre la vuelta a la rutina cotidiana. me lo han publicado en el Boletin Cultural de la Agrupación de Chamberí, el enlace es este:
http://psoechamberi.com/esp/tags/suplemento/2020/MeQuedoEnCasa/07_right_marlisGonzalez_01.html
Decía mi abuela: cada un vai para onde camiña (cada uno va
hacia donde camina).Decía el poeta: caminante no hay camino, se hace
camino al andar.
Estos dos axiomas, perfectamente intercambiables, toman forma
mientras retomamos o iniciamos lo que para nosotros era nuestra vida habitual.
Sin embargo, aún de forma imperceptible, casi nada volverá a ser lo mismo.
Poco hay sentado sobre las crisis salvo que cada una es diferente
y afecta de modo distinto a las personas. Hoy, las crisis son vistas no solo
como algo negativo sino como nuevas oportunidades que la vida nos da para
construir aquello que queremos y hacerlo mejor. Lo que sí está sentado sobre
las crisis, es que cada persona pasará por varias de ellas a lo largo de su
vida y que, excepcionalmente, algunas crisis afectan a varias generaciones y
millones de personas al mismo tiempo (guerras, pandemias, crisis económicas).
Nos encontramos en una de esas y todo el mundo se pregunta
cómo y hasta qué punto le afectará; sin embargo, la respuesta no podrá ser solo
individual puesto que toda la colectividad se ha visto afectada. Por tanto,
cualquier sugerencia o propuesta de respuesta ha de contener elementos
relativos al individuo y al conjunto de ellos, a las cosas y recursos que todos
pueden poner en juego.
¿Qué será necesario para afrontar la vida colectiva? Son
muchas las destrezas con las que estaría bien contar si bien todas están
subordinadas a dos: la acomodación a lo ocurrido y la resignificación de la
experiencia. Una vez hecho esto hemos de poner, además, Confianza, solidaridad,
determinación, resiliencia, optimismo, centrarse en quienes somos y no solo en
lo que tenemos, esperanza, valorar las cosas sencillas.
La primera es la Acomodación me refiero a analizar qué
ha supuesto para nuestra persona todo lo vivido, cómo nos encontramos de salud
mental, física, cuál es nuestro estado social o de relaciones y nuestra
situación laboral. A partir de este análisis, que nos dará una foto de la
situación real, tendrán sentido el resto de elementos que mencionaré después.
La segunda es la Resignificación es decir volver a dar
significado a nuestra rutina a aquello que constituía nuestro normal
transcurrir diario. Lo primero a plantearse es ¿qué voy a hacer para retomar mi
rutina? ¿cómo lo voy a hacer? La visualización se convierte aquí en el
instrumento a utilizar. Voy a visualizar cada una de las cosas que tengo que
hacer y cómo las haré en un periodo determinado de tiempo, un día por ejemplo,
y pasar luego a un periodo más largo.
Visualízate despertándote, tomando el transporte, llegando a
tu lugar de trabajo o actividad, socializando con otras personas en ese lugar,
logrando tus objetivos, regresando a casa, descansando, etc. En caso de que
este período haya supuesto cambios grandes has de visualizarte llevando a cabo
aquellas acciones que tú quieres realizar, los objetivos que quieres conseguir,
la situación que sería para ti la ideal.
El mismo procedimiento vale para el aspecto colectivo, para
la rutina social como país. Hemos de poder implicarnos y para ello imaginarnos
primero cumpliendo una misión en un largo plazo.
A partir de aquí ya pueden utilizarse los elementos que
mencionaba anteriormente que nos permitirán construir algo, distinto y mejor
para todos. Necesitaremos contar con:
Visión. Es preciso que tengamos claro hacia dónde dirigirnos, no es lo mismo
dirigirse a un lugar que a otro ni tiene las mismas consecuencias. Vamos a
elegir el camino y tomar decisiones. Esto exige colaborar y acordar con el
resto de ciudadanos para dar forma al mundo que construiremos. Es indudable que
caminaremos y que al hacerlo algo construiremos, decidamos entonces qué
construir y hacia dónde dirigirnos. construiremos.
Esperanza. Un filósofo alemán dijo que quien conoce su propósito es
capaz de soportar cualquier como. La Visión es la que nos va a llevar a
definir nuestro propósito, la sociedad en la que queremos vivir y vamos a
construir. Es sabido que si no hay esperanza las personas no luchan, no
persisten, los objetivos no se alcanzan.
Confianza. Es en nosotros, en el conjunto de
individuos y también en las instituciones que nos gobiernan. Exige que seamos
sinceros y no nos engañemos tanto como que sean sinceros y no nos engañen. Exige
también credibilidad, que en el pasado hayamos realizado cosas bien hechas, lo
que denotaría nuestra capacidad para salir airosos en esta coyuntura. Exige
compromiso, dirigirnos en la dirección trazada en el análisis y no en otra.
Seguridad. Para desarrollarse y crecer tanto las personas como los
proyectos y las organizaciones necesitan seguridad, saber que las cosas son
como se ha establecido y que no habrá cambios arbitrarios, y que solo se
precisa nuestro esfuerzo y creatividad para llevarlas a cabo. Solo así se puede
construir, cualquier episodio de inseguridad por muy leve que sea, nos arrastra
al punto de partida o nos hace abandonar y eso supone una enorme pérdida de
energía.
La solidaridad, la colaboración con los otros. No podremos
crear individualmente el mundo que surgirá en los próximos tiempos, se
necesitan todas las manos, cooperando cada uno desde su posición, dando cada
uno lo que tiene porque lo que cada uno de nosotros haga afecta al conjunto. Es
evidente y ha quedado claro, conviene no olvidar esta lección.
Determinación. Una vez decididos a hacer algo, llevarlo a cabo sin
dilación, con osadía. Solo quien va decidido es capaz de sortear los obstáculos
que van a presentársele y llegar antes al objetivo. No retrasar el comienzo, no
perder la energía tan necesaria para el camino, no entrar en cuestiones que no
son proactivas con el objetivo trazado.
Resiliencia. Tener siempre presente que la humanidad es y ha sido un
organismo resiliente, capaz de adaptarse a lo largo de millones de años a
estados adversos y a cualquier elemento disruptor. Si no perdemos de vista esta
condición resiliente será más fácil el camino.
Optimismo. Casi para finalizar he puesto el optimismo porque entiendo
que es un elemento imprescindible para todo lo que está por construir. No es el
optimismo un instrumento mágico que asegure que todo saldrá bien sino que es un
método para poner en juego todo aquello que precisamos para que así sea. El
optimismo exige analizar, pensar, valorar el entorno y, después de esos
análisis, nos indica que todo puede salir bien. Si hemos comprobado que las
cosas se han hecho de la forma planificada, se ha trabajado sin denuedo,
entonces el optimismo nos dice que todo irá bien.
Disfrutar las cosas sencillas. Cada época, cada crisis, modifica la forma de vivir, el arte,
las actividades económicas. Ahora es preciso que, al poner en práctica la
Visión trazada, demos valor a vivir las cosas sencillas y simples, aquellas que
no se pueden comprar porque no tienen precio ya que no se pueden fabricar.
Disfrutar del aire, del clima, las flores, la naturaleza, los animales, del
amor, de la amistad, de los otros, estar unidos a la tierra y vivir como
mamíferos que somos, conectados con nuestras emociones.