miércoles, 1 de enero de 2014

LO QUE RESISTES, PERSISTE



   En los albores del siglo XXI la ciudadanía, estimulada por la globalización y la amplia difusión de las nuevas tecnologías, comenzó a pensar sobre cómo era su forma de participación en sociedad, qué cosas podía mejorar y cómo hacerlo. Es decir: comenzó a repensar su forma de estar en sociedad, su forma de ser en política.   
 
   A los fenómenos señalados le acompañaron como motores de la reflexión la crisis económica y la crisis política que venía fraguándose desde la caída del muro de Berlín. El resultado fue visible en muchas partes del mundo, el conocido 15M entre nosotros, y en él explosionaron las frustraciones largo tiempo acalladas.  
 
   Entre las demandas que se realizaron estaban las relativas a la representatividad política. La forma de elegir a los representantes regulada por la ley electoral cuyo cambio se exigía, la elección/designación de candidatos, la duración de los mandatos, la vinculación de los electos con la ciudadanía, el control de los mismos flexiones, el valor del voto en blanco, etc. ninguna de esas demandas ha sido atendida a fecha de hoy a pesar de las acciones de recogida de firmas por distintos colectivos con el fin de solicitar un cambio en la ley electoral. 
 
   Así las cosas estamos cerca de procesos electorales importantes y todo sigue igual. En los grandes partidos poca cosa se ha movido al respecto. Nada en el partido que gobierna y poco en el principal de la oposición. Más cosas se han movido en dos partidos de la oposición –UpyD y Los Verdes- que hace poco han celebrado primarias para elegir a sus cabezas de lista a las europeas.
 
   En el partido socialista, a pesar de la petición de parte de la militancia de que la cabeza de lista a las europeas sea elegida por primarias, no se ha aceptado tal posibilidad. Se continúa pensando –exclusivamente- en las primarias abiertas a la ciudadanía para elegir al candidato/a en las elecciones generales. Y ello con demasiadas cautelas como puede verse a través de movimientos para decidir el momento, a quienes se abre, cuanto se abre, etc, etc. Ignorando completamente que en los países vecinos donde se llevó a cabo el experimento su éxito radicó, precisamente, en ser completamente abiertas a la ciudadanía y no ser demasiado próximas a la fecha electoral como se pretende hacer aquí. Pareciera que solo los candidatos socialistas españoles son capaces de diluirse en el tiempo al contrario que los franceses e italianos. Al respecto es muy ilustrativo el hecho de que Anne Hidalgo, candidata del PSF a la alcaldía de París lleva en campaña desde septiembre del 2012!   
 
   Otras reclamaciones de la ciudadanía a los partidos y de la militancia del PSOE como son la limitación de mandatos, listas abiertas, la elección del Secretario del Secretario General por sufragio universal de la militancia, la transparencia en la toma de decisiones, siguen en el limbo esperando mejores momentos. No se sabe por cuánto tiempo o si será una estancia definitiva pero creo conveniente advertir que, al igual que ocurre en otros ámbitos de la vida, todo aquello que tratamos de ignorar, de esconder, de resistir, al final vuelve a aflorar de tal forma que aunque pueda parecer que desparecen de la agenda las reclamaciones mencionadas, dando la falsa impresión de que son cosas olvidadas, de pronto resurgirán.
 
   Y lo harán con fuerza inusitada, fuerza que han ido acopiando mientras permanecían dormidas, en silencio, y entonces será totalmente inevitable darle salida –atenderlas- aunque inviable regular mínimamente el modo de hacerlo. Porque lo que resistes, persiste. Así es en política y en la vida. Al fin y al cabo la política es sino la vida una parte muy importante de ella, la que tiene que ver con lo que es común a todos.
 
    Se equivocan los líderes que, mirando solo al desarrollo inmediato de la vida partidaria, se oponen a dar entrada a la ciudadanía y a su propia militancia en las decisiones importantes para los partido o simplemente la retrasan con la intención de desvirtuarla al máximo. Lo único que con seguirán es hacer aflorar la ira que propiciará el abandono de las filas o el resentimiento. Con ninguno de esos instrumentos se puede conseguir el entramado social ni las organizaciones que necesitamos todos para reconstruir nuestra democracia y el futuro del país.

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