miércoles, 10 de julio de 2013

Un pais a la contra..



Quizás resulte una obviedad pero somos el país de la contra: contraargumento, contraposicón, contrapartida, contraportada, contrapoder… siempre contra algo o alguien. Siempre oponiendo, siempre un sí, pero… salvo aquellos casos en los que sí deberíamos oponernos…en estos…un poco de suavidad es lo normal!.




Viene este sarcasmo a cuenta de las portadas que los medios de información general y deportiva dedican a las hazañas que el pasado domingo han protagonizado un equipo nacional femenino (baloncesto) y otro masculino (fútbol). Alguien llegado de marte, o de cualquier país próximo al nuestro, diría al ser preguntado que el lugar preferente de la portada debía serle otorgado al equipo que logró vencer en el campeonato que disputaba. O sea: la selección femenina de baloncesto.



Pero NO: el lugar preferente de la portada (por la ubicación, tamaño de foto, y amplitud del texto) se le dio al equipo perdedor del campeonato que disputaba: la selección masculina de fútbol. Articulistas, blogueros y demás gentes que loan las hazañas deportivas coinciden en expresar que el fútbol es mucho fútbol. Es decir: oigan, no mareen las feministas, el fútbol no es cualquier cosa, es el deporte rey.



Una podría estar hasta de acuerdo si no fuera porque todos ellos –articulistas, blogueros y demás gentes que loan gestas deportivas- nada dijeron de otros casos, aún más sangrantes, ocurridos en los últimos tiempos y, cómo no, protagonizados, a la contra, por mujeres.



Hoy tan solo voy a fijarme en la reciente concesión del premio Príncipe de Asturias del Deporte al golfista Chema Olazábal quien competía por dicho galardón con la laureada nadadora Teresa Perales. Ya sé que el premio se otorga por votación de un jurado que habrá expresado sus razones de forma suficientemente clara pero…¿a nadie le asalta la mínima duda? Es decir: que los deportes de hombres son tenidos en cuenta antes que aquellos que practican las mujeres. Porque no quiero ni pensar que, directamente, se otorguen premios a hombres antes que a mujeres, independientemente de la disciplina desempeñada.



En el caso del Premio al deporte en la última edición de los Príncipe de Asturias estamos ante un premio concedido a un deporte ya laureado con el mismo -lo obtuvo Seve Ballesteros en 1989- como es el golf, por una parte, y con una disciplina aún inédita en estos premios que, además, está representada por una deportista que cuenta en su haber con el más elevado número de medallas olímpicas en su disciplina – 22 en total- más que Michael Phelps el supercampeón olímpico. No sé si debo señalar que, Teresa, es además de mujer una persona con discapacidad física.



Por eso sorprendió tanto a algunas gentes que teniendo la oportunidad de otorgar un premio tan relevante a una deportista tan relevante, además en una disciplina y a un ámbito de competición (paralímpico) aún inéditos en estos premios, se le otorgase a un hombre en una disciplina ya reconocida con este premio.



Y es que la invisibilización de la labor femenina es lo habitual. En el campo que sea. Siempre un hombre primero, o un grupo de ellos primero. No importa si ellas son campeonas o lo son de más alto nivel, si trabajan más o lo hacen mejor, si estudian más o lo aprovechan mejor, si investigan más o de forma más productiva, si emprenden más o de forma más eficiente, si…o… De nuevo si… pero…si hay hombres primero ellos.



Es decir: a la contra, hombres vs mujeres, un si… pero, que al menos en los casos citados es una solemne injusticia.



Sigamos así: convirtamos ese estar a la contra en la auténtica Marca España. Y, de paso, veamos hasta dónde nos lleva

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