viernes, 4 de julio de 2014

Y...DE REPENTE.....¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?

   Acaba una semana llena de dimisiones: Meyer, Álvarez, Rubalcaba, todas ellas siguiendo a la más sonada, la del Rey Juan Carlos. Es como si toda la realidad que nos envuelve desde hace más de 30 años se esfumase en un momento dejándonos la sensación de que todo se desmorona como un castillo de naipes que, al quitar uno de ellos, produce la caída del resto.

   Hasta tal punto teníamos la sensación de estar dentro de un velo, podríamos llamarle el velo de la transición, que ahora todo nos parece nítido, con relieves, aristas. Y es que estas personas que menciono llevaban todas ellas mucho, muchísimo tiempo, en política. Casi desde el mismo comienzo de la transición. Se van por distintas causas, pero se van. Dejan hueco para otros, lo que -por razones de salud democrática- debieron de hacer mucho antes. Lo saludable en democracia es servir, al otro, al ciudadano, al país. Y solo durante un tiempo -no muy largo- para no acostumbrarse y perder la perspectiva pero también para que otros ciudadanos tengan también su oportunidad de entregar parte de su vida a la sociedad.

   Con el ejercicio largo de las responsabilidades políticas se descapitaliza la política y, por tanto, nuestra democracia. Se hace tapón y generaciones enteras que quizás pensaron servir durante un tiempo en lo público no pueden hacerlo; quedan así dispuestos tan solo los peores, aquellos que no encuentran otro acomodo y tienen tiempo de esperar momentos mejores; son parte de lo que alguien denominó la clase extractiva.

A mi juicio ha sido la irrupción de Podemos y la dimisión del Rey los dos factores que han desencadenado esta concatenación de hechos. Podemos se constituyó en movimiento y se presentó alas elecciones por la negativa de IU de afrontar estas con unas premisas más actuales, nuevas, democráticas como por ejemplo celebrando unas primarias. Algo que tan solo 3 meses después todo el mundo considera imprescindibles en la propia IU.

   El Rey dimitió por una serie de razones entre las que se encuentra la imputación de su hija Cristina. Esta imputación se esperaba y quizás la más que posible llegada al parlamento de un partido como Podemos, decididamente republicano, el cambio en la opinión pública que no confía en la monarquía, aceleraron el proceso.

   Una vez Juan Carlos fuera no quedaba más que agiornar los dos grandes partidos que han sostenido nuestro sistema político a lo largo de estas décadas y que han perdido muchísimos votos y credibilidad,. En el PSOE Rubalcaba se va de SG, convoca Congreso Extraordinario y ahora abandona el parlamento. El partido en el Gobierno se supone que espera hacer pequeñas reformas que pueda disimular como derivadas de los puestos que obtenga en Europa.

   Ello no impide que uno se pregunte...¿qué está pasando aquí? Pasa tan solo eso o se trata de algo más? Pienso que aunque pasara solo eso que he explicado linealmente, ya estaría pasando algo más. Basta responder a la pregunta ¿porqué pasa ahora y no ha pasado antes? Pasa ahora y no antes porque la población, al hilo de los tiempos, ha despertado. Ya no basta con hacer promesas, con pintar un futuro muy bonito, ahora la gente exige saber cómo lo harán más que cuando lo harán. Tanto paro y estrecheces han hecho que nadie confíe en las buenas intenciones; con esta actitud muchas de las formas de relación con la ciudadanía han quedado sin valor y, con la misma rotundidad, se demanda personas en las que poder confiar y que sean capaces. Se necesitan cambios, caras nuevas, nuevas formas de ejercicio del poder, nuevas formas de vincularse con sus representantes. Eso es lo que lleva inexorablemente a que los actuales abandonen.

   Las personas citadas más arriba han sido capaces en su momento, se ha confiado en ellas pero los últimos tiempos han perdido ese fervor del pueblo, por diferentes causas, y no han tenido éxito en conducir este país por el camino del progreso. Han tenido, además, errores manifiestos algunos de ellos. Así que, perdida la confianza, a un servidor público no le queda más que irse a su actividad de origen o jubilarse.

   Ahora estamos en pleno proceso de sustitución y recambio. Ya hay un nuevo Rey y en el PSOE habrá nuevo Secretario General en unos días. Hasta ahora se está desarrollando el proceso de una forma abierta, democrática, totalmente nueva en nuestro país, venciendo inercias muy incrustadas. Al menos en lo referente a la organización de la campaña, debates, avales, posibilidad de votar en lugares distintos a la agrupación de pertenencia (lo realizado hasta el día de hoy). Por no mencionar que es la primera vez que se elige al SG por toda la militancia, si bien es de forma indirecta.

   Pero todos estos avances podrían quedar muy pronto olvidados si aquellos que arriban nuevos para sustituir a la generación que se aparta no tienen en cuenta cómo fueron las circunstancias de la llegada al poder de los que les han precedido, no tanto para no repetirlas sino para saber desde donde les mira la ciudadanía. Porque les va a medir según aquello que tuvieron, tanto si fue bueno como malo. Hacer tabla rasa y pretender que el pasado no existió no sirve da nada.

   No han de olvidar también que la política exige la participación -de todos-, que ésta es un derecho fundamental establecido en nuestra Constitución y que para que todos puedan participar al máximo nivel posible es necesario, entre otras cosas, que nadie se extienda en el ejercicio del poder. Esto implica legislar la limitación de mandatos, formas de elección de candidatos abiertas a todos los ciudadanos, voto directo de la militancia en la elección de los responsables del partido y en las grandes cuestiones que afecten a éste.


   Todo un camino, interesante,intenso, exigente, que se abre ante nosotros.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario